SOCIEDAD › MAS DE 20.000 MUERTOS Y 50.000 HERIDOS POR UN SISMO DE 6,3 GRADOS
La tierra tembló con furia en Irán
Es la peor catástrofe natural de la última década en Irán. Dejó prácticamente en ruinas a la ciudad turística de Bam, al sudeste del país. Sorprendió a sus 100.000 habitantes dormidos.
Irán vive desde ayer escenas escalofriantes. Personas desesperadas buscando a sus familiares debajo de los escombros y heridos luchando por salvar sus vidas son algunas de las imágenes que dejó el terremoto que azotó en la madrugada a la ciudad de Bam, al sudeste de aquel país, cuyo sector más antiguo fue construido hace dos mil años y quedó prácticamente destruido. Al cierre de esta edición la cantidad de muertos ascendía a 20 mil y los heridos a 50 mil, según fuentes del gobierno iraní. Pero es presumible que sean muchos más: el número de víctimas aumentaba a medida que avanzaban las tareas de rescate. La comunidad internacional empezó a ofrecer su ayuda, mientras el gobierno argentino expresó su solidaridad a través de una carta que el canciller Rafael Bielsa le envió a su par iraní, Kamal Kharrazi.
La ciudad de Bam quedó destruida en un sesenta por ciento, en lo que se ha convertido el peor desastre natural de este país en la última década. El terremoto, de 6,3 grados en la escala de Richter –que mide magnitudes de uno a nueve–, se produjo hacia las 5.30 hora local, y sorprendió dormidos a los casi 100.000 habitantes, muchos de los cuales no llegaron nunca a despertar.
El sismo provocó el corte inmediato de los servicios de agua y electricidad, y la suspensión de las líneas telefónicas con el resto de Irán, lo que dificultó las primeras operaciones de rescate. Los dos hospitales de la ciudad quedaron destruidos, lo que le costó la vida a todo el personal médico de ambos centros. Como consecuencia, los heridos debieron ser trasladados en helicópteros y ambulancias a Kerman, la capital regional, ubicada a 200 kilómetros de Bam. Finalmente, un centenar de voluntarios de los equipos de rescate de la Media Luna Roja de Irán levantó dos hospitales de campaña para asistir a los heridos en la ciudad.
Los vecinos de las zonas afectadas se congregaron frente a los escombros para organizar la búsqueda de familiares y sobrevivientes, mientras otros gritaban y lloraban por la perdida de sus seres queridos. Las quejas por la lentitud de los socorros se multiplicaban. “Diecisiete miembros de mi familia se encuentran bajo los escombros de mi casa; hay que trabajar rápidamente o todos morirán”, suplicaba Ali, mientras retiraba los escombros de su casa con una pala.
En el otro extremo de la calle, unos diez cuerpos yacían en el suelo sin que nadie se ocupara de ellos. Las calles de Bam mostraban ayer escenas desoladoras con cientos de cadáveres en las veredas. Los sobrevivientes tampoco se encontraban con un escenario favorable. La mayoría de las viviendas, hechas con ladrillos de arcilla, adobe y paja, se desplomaron. Así, miles de habitantes permanecían a la intemperie bajo un intenso frío.
Radio Teherán, en tanto, repetía sus llamados a la población para la donación de sangre y medicinas. Hasta el propio presidente iraní, Mohamed Jatami, llamaba a la comunidad internacional para pedir ayuda. La televisión iraní mostró las imágenes de hospitales de Teherán invadidos por centenares de iraníes que se presentaron a donar sangre a los heridos. Los equipos de rescate solicitaron ayuda internacional, principalmente el envío urgente de mantas y prendas de abrigo para proteger a los damnificados de las temperaturas bajo cero en esta región desértica y una de las más pobres e incomunicadas de Irán. El gobierno también pidió perros y aparatos de detección para hallar a personas sepultadas bajo los escombros. “Necesitamos frazadas, medicinas, alimentos y casas prefabricadas”, indicó un comunicado del centro oficial encargado de las catástrofes naturales.
Numerosos países propusieron inmediatamente su ayuda, entre ellos Bélgica, Turquía, Alemania, Grecia, España y Rusia. Cuatro equipos de socorristas rusos, acompañados por perros entrenados para encontrar víctimas debajo de los escombros, partieron de Moscú ayer a la tarde.
Además de las miles de viviendas desplomadas, la ciudad por la cual pasaban las caravanas de la “ruta de la seda” perdió una joya de su patrimonial cultural: la ciudadela de Arg y Bam, la mayor construcción de adobe del mundo, cuyas murallas de protección, casas y torres, permanecían en pie intactas. En esta ciudadela se filmaron escenas de la película El desierto de los tártaros (1976), de Valerio Zurlini. Los vestigios arquitectónicos de esta obra medieval hacen que Bam sea uno de los principales atractivos turísticos de Irán (ver aparte). De acuerdo con fuentes locales, el sismo también habría causado importantes daños en las zonas rurales cercanas a Bam, donde viven unas 200.000 personas. Al cierre de esta edición, más de dos mil víctimas ya habían sido enterradas desde que se produjo el sismo. El gobierno iraní decretó, por su parte, tres días de duelo nacional.
Las autoridades gubernamentales crearon en Kerman, la capital regional, una célula de crisis y la Fuerza Aérea iraní envió dos aviones de transporte C-130 cargados con herramientas de rescate y suministros médicos. Naciones Unidas anunció que otorgó una ayuda de emergencia a Irán por 90.000 dólares. Y la Unión Europea entregará 800 mil euros, cerca de un millón de dólares. El vocero del secretario general de la ONU, Kofi Annan, manifestó que la organización está tratando además de movilizar a la comunidad internacional para que contribuya.
La Casa Blanca, en tanto, ofreció asistencia a Irán para los sobrevivientes, aunque aún no precisó la forma de la ayuda ofrecida. Irán está incluido por Bush en el llamado “eje del mal”, con el que Washington no mantiene relaciones diplomáticas desde la toma de rehenes en su embajada de Teherán en 1979. De todos modos, está previsto que en las próximas horas el Departamento de Estado brinde información precisa sobre la ayuda.
Mediante un acuerdo con Francia, la fundación de una cadena de supermercados llevó anoche alimentos por 150 mil euros. El presidente del gobierno español, José María Aznar, también expresó al presidente Mohamed Jatamí sus condolencias por las víctimas y le transmitió “la solidaridad española”. Rusia tiene listos dos aviones Il-76 con equipos de rescate a bordo para enviar a Irán y Suiza enviaría un equipo de intervención de ocho personas.