El alumno de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), que está acusado de haber hackeado los registros para modificar sus notas y las de algunos de sus compañeros, tenía en su casa “muchos dispositivos de almacenamiento informático”, que le permitían ingresar al campus virtual de la casa de estudios, incluyendo el “código malicioso conocido como malware”. La información fue dada a conocer por la fiscal especializada en Delitos Informáticos Daniela Dupuy, quien aclaró que el joven “no está detenido” y que el delito que se le imputa tiene una pena máxima de un año. Por su parte, el padre del joven aseguró que su hijo “es inocente” y que “es ridículo pensar que haya cambiado sus notas” porque las calificaciones “se transcriben en actas y libros, por lo cual no se pueden cambiar; es inocente –insistió–, no tiene nada que ver” con los cargos que se le hacen y que motivaron el espectacular operativo policial que se hizo en su casa de la calle Juan de Garay al 3200, en el barrio de Parque Patricios.

Cuando se le preguntó a la fiscal Dupuy sobre el porqué de semejante operativo –se cortó la energía eléctrica en la manzana donde está la vivienda familiar y se utilizaron drones–, respondió que tuvo que ver con “el perfil psicológico que habíamos realizado del sospechoso” y porque temían que “pudiera utilizar algunas herramientas informáticas para borrar pruebas”. El operativo se realizó en punto de la Ciudad de Buenos Aires donde se juntan los barrios de Parque Patricios, Boedo y San Cristóbal.

Dupuy comentó que “cada día son más” los casos (de este tipo) que se descubren”. Agregó que “muchas de las investigaciones” realizadas por la Fiscalía a su cargo “han resultado exitosas”, aunque se trata de “investigaciones diferentes a las que normalmente estamos acostumbrados”.

La fiscal Dupuy explicó que la denuncia la habían recibido en el mes de febrero pasado, a través de los directivos de la UADE. Desde ese momento, la fiscalía elaboró “una estrategia de investigación para corroborar” la existencia de los hechos denunciados y de ese modo “se pudo constatar que el sospechoso había ingresado a los sistemas protegidos, pudiendo tener acceso a las bases de datos de alumnos y profesores”. Dupuy señaló que en la casa allanada “se encontraron muchos dispositivos de almacenamiento informáticos y la presencia de la colocación de este ‘malware’, de este código malicioso que esta persona” habría utilizado para “ingresar a la página de la UADE”.

En la investigación intervino el Area Cibercrimen de la Policía Metropolitana, que detectó al hacker luego de que perpetrara un ataque cibernético al sistema informático de la UADE. Fuentes de la fuerza de seguridad afirmaron que “como resultado de esas diligencias se constató que una persona había ingresado en los sistemas altamente protegidos, logrando así tener acceso a las bases de datos de los alumnos, profesores y usuarios administradores de la red”.

De esa forma se pudo determinar, según las fuentes, que el hacker había cambiado sus notas de exámenes y de diferentes trabajos en los que había obtenidos notas bajas. En el marco de la investigación se obtuvieron los registros de conexiones donde figuraban las IP desde donde habían atacado los sistemas de la UADE y esos registros llevaron hasta la empresa de telefonía celular Claro, donde también se constató que habían sido atacados por el mismo hacker.

La compañía telefónica recibía gran volumen de datos sobre sus servidores desde varios puntos, ataque conocido como “Denegación de Servicio Distribuida”, con el objetivo de que el autor no pudiera ser identificado en la red y de ese modo encubrir el ataque a la universidad.

Una vez investigado todo el circuito “se logró vincular al joven, quien ingresó al campus virtual con una IP que había sido utilizada instantes antes”. El paso siguiente fue “determinar que se trataba de un alumno de la universidad y que sus notas registradas por sistema no se correspondían con las asentadas en papel”, explicaron las fuentes.

El padre del alumno, en declaraciones periodísticas, afirmó que “es ridículo pensar que mi hijo se haya cambiado sus notas”. El hombre aclaró que todavía no pudo ver la causa y recordó que durante el operativo en su casa “los policías subieron y bajaron, vi que se llevaron algunas computadoras”. Insistió en que su hijo “no hizo nada” y coincidió con los voceros de la causa que “las notas se transcriben en actas y libros, por lo cual no se pueden cambiar”.

El padre informó que su hijo “alquilaba computadoras y luego se fundió con el valor del dólar”. Agregó que “las máquinas las estaba vendiendo, la mayoría están sin disco” porque “vendía las computadoras por partes”.