SOCIEDAD › UNA AGENCIA TRUCHA EN EL BARRIO DONDE SECUESTRARON A RODRIGUEZ
La mira sobre la seguridad privada
El vigilador, que fue citado por la Justicia, es un ex policía exonerado, hermano de un oficial que trabaja en la DDI de Mercedes. Fue testigo del secuestro, pero tardó en denunciarlo. El rescate podría pagarse en el exterior.
Por Horacio Cecchi
Dos incógnitas de peso dan vueltas alrededor del secuestro del padre del Corcho Rodríguez. Una es en torno del vigilador privado Carlos Reyes, que dijo haber sido testigo del secuestro y que demoró en avisar a su supervisor porque carecía de handy o celular. La curiosa peripecia del vigilador es más curiosa si se tiene en cuenta su historia. Reyes es uno más de los exonerados de la Bonaerense. Su supervisor no es cualquier supervisor sino su hermano, un oficial en funciones en la DDI de Mercedes. La agencia no figura en ningún lado porque es trucha, y está dirigida por un grupo de policías retirados. La hipótesis de la zona liberada, sin la que resulta prácticamente imposible realizar un hecho de semejante envergadura, toma forma. La otra hipótesis ya es sospecha: el pago del rescate no se hará arrojando un bolso por la ventanilla de un tren sino fuera del país. De confirmarse esa sospecha, se abriría una nueva era en la modalidad de los secuestros: la de bandas high-class, no sólo con una brutal disposición logística sino capaces de planificar en otras esferas.
Carlos Reyes logró divisar cuando la banda de secuestradores interceptaba el Polo de Ernesto Rodríguez. Según aseguró, llegó unos segundos tarde para poder evitarlo. Su desesperación, según dijo también, tenía que ver con las magras posibilidades de comunicación de que disponía: sus dos piernas (dijo carecer de un handy o celular). Reyes corrió entonces hasta un teléfono donde pudo comunicarse con su supervisor y con la familia de Rodríguez.
Este diario ya informó que el fiscal federal a cargo del caso, Jorge Sica, estudia la posibilidad de interrogar nuevamente al vigilador. Incluso es posible que ya haya declarado. Si lo hizo, habrá repetido su versión. Página/12 está en condiciones de entregar otra versión que podría confirmar lo que este diario siempre sostuvo: que un secuestro de semejante envergadura requiere de zona liberada.
- En el ‘99, León Arslanian, todavía ministro de Seguridad y Justicia bonaerense, ordenó realizar una rinoscopia a los uniformados. Según fuentes ministeriales, Reyes no habría sacado buena nota en el análisis. Se abrió un sumario, pero siguió militando en la Bonaerense hasta que este año, Juan Pablo Cafiero, todavía ministro de Seguridad, firmó su exoneración.
- La mentada agencia de seguridad privada no existe. Al menos, no en el formato en blanco. “Es un servicio de vigilancia irregular –confió un experto– organizado por policías retirados, cesanteados o con disponibilidad preventiva. Cobran unos 25 pesos por casa.” La misma fuente aseguró que la agencia trucha trabaja con la anuencia de la comisaría jurisdiccional. “Eso se paga –aclaró la fuente–. Estimo que la DDI y la Departamental también reciben lo suyo.”
- La quinta de Ernesto Rodríguez, en General Rodríguez, es jurisdicción de Mercedes. A la cabeza de la Departamental de Mercedes se encuentra Daniel Rago, y en la DDI, Héctor Fritz.
- Rago recayó ahí después de estrenar por unas horas en 2001 la flamante Brigada Antisecuestros, cargo que no pudo asumir porque había sido denunciado por apremios ilegales contra un preso de la comisaría de Villa Centenario. Lo reemplazó Angel Casafús, con suerte dispar. También Rago fue mencionado en la famosa causa por enriquecimiento ilícito, más conocida como “la cosmética”.
- El 13 de diciembre, el ministro Raúl Rivara entregó al subcomisario Fritz la medalla y el diploma “al mérito”. Como publicó Página/12 el domingo 21 pasado, la entrega de esos premios implica una depurada selección. En ese sentido, el mérito sería la existencia de una agencia trucha de policías en su jurisdicción.
- Pero la agencia de marras funciona en un ámbito mucho más próximo que el dilatado territorio de la jurisdicción de Mercedes. En pocas palabras, ante las propias narices de Fritz: uno de sus hombres, el oficial principal Reyes, es el señalado supervisor al que recurrió el otro Reyes, el vigilador privado. La coincidencia de apellidos no es fortuita. Tanto el oficial principal como el exonerado son hermanos.
- Ya se dijo que la DDI en que trabaja Reyes es de Mercedes. Pero tiene asiento en General Rodríguez (junto a la planta de La Serenísima), lo que explica que entre la clientela de la agencia se encuentre Ernesto Rodríguez.
- No es todo. La fuente detalló a este diario una conversación que mantuvo con un policía a dos días del secuestro y que, de ser cierta, abriría una pista y una serie de escándalos: “Me dijo que hace adicionales –reveló la fuente– para juntar unos pesos, y que no está dispuesto a caer en el choreo o hacer como otros que están metidos en lo del padre del Corcho”, y mencionó a dos hermanos de apellido monárquico. Que la versión fuera cierta no indica que la banda cuente con uniformados o vigiladores sino que se hizo algún aporte para liberar la zona.
Entretanto, el silencio en torno de la suerte de Ernesto Rodríguez mantiene en vilo a su familia. La propia Susana Giménez, pareja del Corcho, viajó el viernes pasado a Miami, según ella misma explicó “para no entorpecer en las negociaciones”. Según reveló un investigador, ya está todo dispuesto para el pago. Las demoras habrían surgido por una exigencia de la banda: evitar billetes marcados. La sospecha es que se cobrará el rescate en el exterior.