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Tres hombres permanecían demorados ayer por ser sospechosos del crimen del niño de once años estrangulado, descuartizado y violado, cuyo cuerpo fue hallado el jueves en la localidad de Quimilí, a 190 kilómetros de la capital de Santiago del Estero. Al mismo tiempo, se conoció el informe final de la autopsia, que determinó que la víctima, Mario Agustín Salto, fue decapitado y tenía seis cortes en la cara.

El sepelio del chico se realizó ayer en el cementerio municipal de Quimilí, donde sus familiares reclamaron “justicia y prisión para los culpables”. Fuentes judiciales dijeron que un hombre y dos jóvenes con antecedentes penales por robo y cuatrerismo permanecían demorados por su presunta vinculación con el caso.

Uno de ellos fue señalado como el posible autor del crimen a cuchilladas de una hija suya, pero luego terminó siendo desvinculado del hecho. Los tres sospechosos fueron a declarar como testigos, pero como hubo contradicciones en sus testimonios fueron demorados por orden del juez en lo Criminal y Correccional Miguel Angel Moreno, quien en las próximas horas debe resolver la situación procesal de los presuntos involucrados, cuyos nombres se mantienen en reserva.

Al principio también fue demorado Luis Maldonado, quien trabaja en el matadero municipal, y fue quien halló el cuerpo del niño. Después de una serie de medidas procesales, Maldonado fue dejado en libertad por falta de pruebas en su contra. Los restos del niño fueron velados hasta la mañana de ayer en una sala de Independencia al 100. El cortejo partió a las 10,30 hacia el cementerio local. Mario Salto, papá del chico, dijo que está “muy quebrado por lo que pasó” y que lo único que espera es que detengan a los culpables. “A mi hijo no me lo van a devolver con vida, pero que detengan a los asesinos porque quiero justicia para él”.