SOCIEDAD › DOS ARGENTINOS PRESOS POR PAGAR CON DOLARES FALSOS

Vacaciones en un calabozo brasileño

Tienen 21 y 22 años y llevan una semana presos en Florianópolis. Dicen que actuaron de buena fe. Los padres, desesperados.

Dos jóvenes argentinos de vacaciones en Brasil. Hora de la cena y un ingrediente que falta para cocinar. Bajan al supermercado y, al mismo tiempo, aprovechan para cambiar cien dólares de otro amigo. Como la compra es por poco dinero, discuten con la cajera que se resiste a darles cambio, piden hablar con el gerente y, luego de su negativa, recurren a un policía para que intervenga. Desde ese momento, hace hoy siete días, no volvieron a separarse de los uniformados: fueron detenidos porque el billete era falso. El caso se complicó porque fueron acusados de “tráfico de moneda falsa”, un delito considerado grave, e intervino la Justicia Federal. El abogado defensor presentó ayer un hábeas corpus para que los turistas recuperen la libertad. “En 24 o 48 horas tienen que salir”, arriesgó el responsable del Consulado argentino en Florianópolis –donde ocurrió el hecho–, Valdo Palmai. El padre de uno de los detenidos se mostró más escéptico: “Desde el lunes nos dicen que ‘ya los liberan’. Ya no sé qué creer, hasta que no los vea no lo creo”, destacó.
“La cajera cuestionó que era un billete muy grande para la compra que estaban haciendo. Entonces llamaron al gerente, tampoco lo quiso aceptar y fueron los propios chicos los que llamaron a la policía para que intercediera”, explicó Palmai a Página/12, que repitió varias veces que Tomás Ciarrochi y Andrés Cano (de 22 y 21 años, respectivamente) “son inocentes. La forma en que los detienen muestra que no son culpables”. El billete de cien dólares falsos (unos 300 pesos argentinos) no pertenecía a ninguno de los detenidos sino a otro amigo, que era compañero del departamento donde estaban alojados y que no fue apresado. Al respecto, el cónsul reveló que “la madre de uno de los chicos lo habría comprado (el billete) en un banco de nuestro país”.
Al caratular la causa como “tráfico de moneda falsa”, un delito federal, se dio intervención a una estructura jurídica “más burocrática” que la normal, según detalló el funcionario argentino. Los jóvenes fueron trasladados a una celda a 30 kilómetros de donde estaban alojadas y siguen incomunicados a disposición del fuero federal de Porto Alegre. El abogado defensor, recomendado por el consulado, presentó un escrito en el que refutó las imputaciones y solicitó la “libertad rápida” –una figura aceptada en la legislación brasileña–, pedido que fue rechazado en primera instancia. Ayer al mediodía presentaron el hábeas corpus para exigir la liberación de los turistas argentinos.
Los argentinos comparten su celda con “detenidos también por delitos similares”, aseguró Palmai y, para tratar de tranquilizar a las familias, afirmó que “no hay asesinos ni violadores con ellos”. Si bien el único día de visitas es el miércoles de 15 a 17, el funcionario aclaró que todos los días concurre a la comisaría para asegurarse de que no haya maltratos. Ayer a la tarde, mientras hablaba con este diario, estaba con los jóvenes. “Su comportamiento es ejemplar y tienen una entereza enorme; ellos mandan mensajes a sus padres diciéndoles que no se preocupen, que están bien, que pronto saldrán y volverán a sus casas”, detalló el funcionario.
Alberto Ciarrochi, padre de Tomás, señaló a Página/12 que “el viernes nos avisaron y el lunes ya llegaron a Brasil certificados de la Policía Federal y Bonaerense argentina que confirman la ausencia de causas en nuestro país. Habían dicho que ese mismo día los liberaban, pero no pasó nada. Ahora estamos esperando la segunda instancia, pero ya no sabemos en qué creer”. Los familiares temen que la detención se extienda. Por ese motivo hicieron público el caso y viajaron a Florianópolis dos tíos de Ciarrochi. Incluso, ayer a la mañana, Rosana Carballeda (la madre de Tomás) había asegurado que aguardará unas horas y, si los jóvenes no salen de la comisaría donde están encerrados, se encadenará a la Embajada de Brasil en Buenos Aires.
Lorena Insabralde, que estuvo de vacaciones junto a los dos jóvenes y ya volvió a la Argentina, detalló que en el momento del incidente “tratamos de explicarle a la policía que Tomás y Andrés no sabían que ese billete era falso, pero ellos (los efectivos) dijeron que sí lo sabían y por esolos pusieron a disposición del juez Celso Bigger, que tiene que decidir si los liberan, pero todavía no hizo nada”.
El representante del consulado trató de calmar a los padres, les recomendó que no viajaran a Brasil y señaló que “los tiempos de la causa son los normales. Tenemos que entender que estamos en un circo ajeno, no somos invitados privilegiados y debemos obedecer sus reglas. Para graficar lo que es la rigidez de este sistema: uno de sus amigos estaba en bermudas y no lo dejaron ingresar a la comisaría; una amiga estaba algo nerviosa, levantó la voz y le prohibieron ver a los chicos. Tenemos que seguir sus reglas porque sino será todo más difícil”.
Ciarrochi padece asma, vive en Acassuso, está en el primer año del profesorado de educación física y pasa gran parte del día en un gimnasio propiedad de su hermano. Cano estudia administración de empresas en la Universidad de Buenos Aires y vive en Beccar, también en el partido de San Isidro. Los jóvenes se conocen desde la escuela primera y finalizaron el secundario juntos, en un instituto privado de la zona norte del Gran Buenos Aires. Ambos veranean en las playas del sur de Brasil desde hace ocho años, primero con sus familias y desde hace tres años junto a amigos. “El último argumento del juez brasileño es que no los largan porque tienen miedo de que se vayan. Obvio que se van a ir y nunca más van a pisar otra vez ese país”, afirmó el padre de Ciarrochi.

Informe: Darío Aranda.

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Los padres de Tomás Ciarrochi (22), en Buenos Aires, dicen que “ya no sabemos en quién creer”.
 
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