EL PAíS
“Sólo funcionan bien 350 consejos consultivos de los dos mil que hay”
La ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, realizó ayer una crítica por elevación contra los intendentes, principales responsables de los consejos consultivos que organizan la ayuda social.
Por Laura Vales
La ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, criticó el funcionamiento de los consejos consultivos, los organismos municipales encargados de direccionar el uso de los planes Jefas y Jefes de Hogar. “De los dos mil consejos que tenemos en el país podemos decir que funcionan bien apenas 350”, dijo ayer a Página/12. El reproche es un tiro por elevación a los intendentes y al uso clientelar que los aparatos partidarios han dado a los subsidios para los desocupados. “El plan nació en un país que estaba desordenado y sufrió los vicios de ese desorden, pero no puede seguir así”, dijo también la funcionaria.
Las declaraciones están vinculadas al próximo traspaso del programa desde el Ministerio de Trabajo a su área. Con una cobertura de dos millones de beneficiarios, el manejo del presupuesto para los desocupados irá este año a la órbita de Desarrollo Social en un proceso que llevará tiempo e implicará reacomodamientos políticos. Entre las primeras medidas de esa transferencia, Kirchner quiere volver a abrir la inscripción de las organizaciones sociales en los consejos consultivos, una medida que de tener respuesta podría reimpulsar su funcionamiento y relativizar el poder de los caciques municipales, en el conurbano bonaerense casi todos ellos duhaldistas.
La funcionaria formuló su crítica durante una visita a una exposición de emprendimientos productivos en Hurlingham. Acompañada por el secretario de Políticas Sociales, Daniel Arroyo, inauguró un horno ecológico y recorrió los stands donde los desocupados mostraron sus productos. Bloques de cemento para la construcción, pan y facturas, tejidos, repuestos para automóviles fueron algunos de los objetos que los vecinos, integrantes de la Red Gesol, realizan en el marco del programa Manos a la Obra.
Según los datos del secretario de Comunicación Social Fernando Gray, hay a nivel nacional siete mil emprendimientos productivos financiados por este medio. El Manos a la Obra entrega un subsidio que va de 500 a 20 mil pesos para poner en funcionamiento el proyecto. En algunos casos, como el de algunas fábricas recuperadas, el apoyo económico puede ser mayor. La apuesta de fondo es que estas iniciativas creen puestos de trabajo genuino, un salto complicado ya que una vez lograda la producción está la competencia con otras empresas.
Para Lucía Ramírez, desocupada y con cuatro hijos adolescentes, no parece haber una alternativa mejor. En los últimos meses una importante empresa del lugar, que fabrica neumáticos, reabrió sus puertas. Lucía contó que uno de sus chicos se presentó a pedir trabajo. La empresa exigía como requisito que los postulantes midieran más de un metro con 72 centímetros, tuvieran buena presencia, no tuvieran tatuajes ni aritos y hubieran alcanzado determinado grado de instrucción. Como el chico reunía todos los requisitos, le hicieron una entrevista y le tomaron tres fotos: de frente, de perfil y de espaldas. Pero no consiguió el empleo. “Tenía segundo año de secundario mientras que los demás contaban con títulos de maestro mayor de obra o técnico industrial”, resumió Lucía. La sección para la que concursó fue la de limpieza.
Otras mujeres que se habían reunido en el lugar por la visita contaron historias similares. En la Red Gesol, que realizó la muestra, se veía mayoría de mujeres. La entidad reúne a 49 organizaciones no gubernamentales y cuenta con cerca de 3 mil personas trabajando en distintos emprendimientos. La Red no reconoce vínculos partidarios directos, aunque su presidenta, Patricia Fernández, se definió como peronista. “Trabajé en la Comisión Nacional de Energía Atómica donde fui delegada de la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN)”, contó. En los 14 años de historia de su organización social, fueron probando distintas iniciativas para recuperar el trabajo. “Sin apoyo del Estado apenas la mitad de los emprendimientos consiguió sobrevivir. Con asistencia técnica y respaldo, vemos que por lo menos 7 de cada diez intentos funciona”, dijo. En algunos casos, todavía pocos, los integrantes de los grupos consiguen obtener algún ingreso extra con la venta de los productos.
Alicia Kirchner también dijo en su visita al lugar que a pesar de los altos índices de desocupación la inscripción en el Plan Jefas y Jefes de Hogar, cerrada desde el año pasado, no se va a reabrir. “Lo que vamos a priorizar, en cambio, es la creación de nuevos emprendimientos. El plan cubrió en su momento una instancia que era muy necesaria, pero ahora lo que hay que buscar es el desarrollo de trabajo genuino”, contestó a una consulta sobre el tema.
La ministra señaló que en los seis meses de implementación del Manos a la Obra “se han creado 100 mil puestos de trabajo”. Las proyecciones para este año hablan de extender el programa desde los siete mil emprendimientos actuales a unos 35 mil, idea que implica una fuerte inversión en máquinas e insumos. Presupuesto no va a faltar: en el 2004 la partida para Desarrollo Social creció en casi mil millones de pesos hasta trepar a los 2567 millones. Una parte importante de esos fondos tendrá como destino, dicen en el ministerio, esa reconversión.