“Quiero pedirle al presidente Macri que haga campañas a nivel nacional para prevenir el grooming. No se está haciendo prevención. A mi hija nadie le habló del tema en la escuela”, dice a Página/12 Mónica Cid, la madre de Micaela Ortega, la niña de 12 años de Bahía Blanca que fue engañada a través de Facebook por Jonathan Luna, un ex convicto con pedido de captura que utilizaba distintos perfiles en la red para contactar chicas, y terminó asesinándola, tres meses atrás. “Si Mica hubiera visto la campaña Con vos en la Web, hubiera sabido de los riesgos, tal vez estaría viva”, dice la mujer, con la voz cortada por el recuerdo. Cid se refiere al programa para prevenir la violencia contra adolescentes y jóvenes en redes sociales, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que desde el 10 de diciembre, a partir de la gestión de Cambiemos, quedó paralizado. Tampoco están disponible los videos educativos en su sitio web. Hoy a las 12, Cid y otras madres de víctimas del grooming o ciberacoso convocan a una concentración frente al Congreso para reclamar campañas sistemáticas de prevención. “No me voy a ir del Congreso hasta que no haya campañas”, advierte la mujer.

La convocatoria la hacen a través de la ong Mamá en Línea, que trabaja para concientizar sobre el grooming y sus consecuencias. Junto a Mónica estarán Rosa Castro, de Río Negro, y Roxana Domínguez, de la ciudad de Buenos Aires, impulsoras de la ley que tipificó el delito en 2013, después de que sus hijas, fueran hostigadas y manipuladas por desconocidos a través de la web. En sus casos, los adultos que las ciberacosaron no llegaron al extremo de la violencia como Luna con Micaela. Las dos chicas están vivas. La hija de Roxana sufrió acoso de parte de una mujer que vivía en México: su madre la descubrió luego de infiltrarse en las redes con 100 cuentas falsas y llegó a conocer cara a cara a la acosadora: antes se hizo su amiga y la desenmascaró. La hija de Rosa en 2009 fue abordada en Internet por alguien que decía tener 14 años. La expuso al intercambio de imágenes de contenido sexual y cuando intentó conocerla, la adolescente le contó a su madre lo que le estaba pasando y pudieron bloquear el chat. Meses después se enteraron que la persona en cuestión, que utilizaba imágenes e identidad falsas, era un adulto y conocido de la familia: Pedro Fadelli, un hombre que fue sentenciado en agosto de 2012 a 1 año de prisión en suspenso. Hoy camina por las calles de Cipolletti libremente, tiene acceso a Internet y las redes sociales sin restricciones.

“Nos preocupa que no se está haciendo prevención”, dice Cid. Lleva una remera con el rostro de su hija, desde donde reclama justicia. Tiene 39 años y las heridas abiertas por el femicidio de Mica. En el activismo para lograr que otras chicas no sufran situaciones similares, encuentra un motor para seguir adelante. Trabaja en un vivero desde hace veinte años, en Bahía Blanca y ayer llegó a Buenos Aires. Por la tarde la recibió la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a quien trasladó sus reclamos, denunció las deficiencias en la actuación policial en la búsqueda de su hija en Bahía Blanca, y la necesidad de implementar protocolos ante la desaparición de niñas y niños. También reclama que se modifique el régimen de salidas transitorias para evitar que puedan acceder a ese beneficio personas con denuncias de abuso sexual: después del femicidio de Micaela, Cid se enteró de que Luna tenía denuncias por ese delito en Choele Choel, Río Negro. Luna intentó abusar sexualmente de la niña, recordó la mamá.

En la Legislatura bonaerense y en el Congreso, tanto en Diputados como en Senadores, hay proyectos que proponen que se implementen campañas permanentes de prevención del grooming para proteger a las y los adolescentes. Pero su tratamiento no avanza. Desde el Programa Con Vos en la Web, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, se encargaban de esta problemática, con talleres en escuelas y la entrega de materiales impresos, pero “todavía no designaron al director del área y está todo paralizado”, denunció la mujer. El tema fue revelado hace poco más de un mes por Páginað12. “Hay campañas buenísimas como la que tiene la Fiscalía General de la Ciudad de Buenos Aires, Cuidalos se llama. En los folletos dicen tal cual lo que le pasó a Mica. Necesitamos que esa información se difunda, que haya campañas permanentes a nivel nacional”, pide la mujer.

El Congreso de la Nación incorporó a fines de 2013 el siguiente texto como artículo 131 del Código Penal: “Condenando con prisión de 6 meses a 4 años al que por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.

Micaela tenía 12 años cuando desapareció en Bahía Blanca, el 23 de abril. Salió de su casa y no volvió. La familia la buscó intensamente. Después de 35 días, el 28 de mayo, la policía encontró el cuerpo de la niña en un descampado. Había sido engañada por Luna, a través de un perfil falso en Facebook, en el que se hacía pasar por una chica. De esa manera se ganó su confianza y cuando Micaela aceptó conocer a su amiga virtual él le dijo que la iba a pasar a buscar un supuesto primo para llevarla a su casa. Según pudo determinar The National Center for Missing & Exploited Children, de Estados Unidos, una organización que trabaja contra la pedofilia y la explotación de niños, Luna tenía 1700 contactos en la red social Facebook, de los cuales el 95 por ciento eran niñas de la edad de Micaela. Actualmente a Luna se lo imputa por homicidio agravado por alevosía, robo y captación por redes sociales. La abogada de la familia de Micaela, Fernanda Petersen, planteará que en el juicio se lo trate como femicidio y que la condena sea perpetua.