SOCIEDAD › UNA BANDA DE FALSIFICADORES DE TARJETAS DE CREDITO
Caen los reyes del plástico
Por Horacio Cecchi
Durante ocho meses, los federales siguieron la pista de una banda de estafadores y falsificadores de tarjetas de crédito y débito. La banda de especialistas cayó: tres detenidos, 4 mil tarjetas mellizas, documentos de identidad y registros de conducir adulterados, y una parafernalia de instrumentos artesanales para grabar códigos, modificar plásticos y colocar numeraciones truchas. La estafa ronda los 500 mil dólares en compras hormiga. Dos de los miembros de la banda habían salido en tevé en dos ocasiones, explicando el método para falsificar tarjetas de crédito y débito, con sus rostros cubiertos con máscaras de Bill Clinton y Monica Lewinsky. El tercero es igual de famoso: el Corcho Rodríguez, aunque se llama Luis y es peruano.
Al uruguayo Julio César Loureiro Yarzabal lo conocen como Bill Clinton. En lugar de presidente, Loureiro en una época trabajó de mago, que es casi lo mismo. El 3 de diciembre de 2000, con una careta de su ex presidente preferido, apareció en el programa Punto Doc explicando las minucias para truchar una tarjeta de crédito. En la emisión lo acompañaba la argentina Elisa Mónica Serani Silva, con la careta de la ex pasante preferida del Clinton verdadero, Monica Lewinsky. El 27 de diciembre del año siguiente, en pleno estallido de la crisis y del corralito, Punto Doc volvió a entrevistar al enmascarado Bill, que dio lecciones sobre truchado de tarjetas de débito.
En marzo de 2003, la empresa Argencard puso el grito en el cielo tras miles de denuncias de sus socios por compras que jamás habían realizado. Antes, en junio de 2002, el affaire del peluquero de las estrellas, Miguel Romano, tocó los cimientos plásticos de la fama. Ahora, el caso de Monica y Bill también tocó dos nombres de famosos, aunque más no fuera por sus máscaras. La denuncia fue presentada ante el Juzgado Nº 21 de Mauricio Zamudio y la fiscal Graciela Gils Carbó. A los investigadores de Fraudes con Tarjetas de la Federal les entregaron miles de cupones de compras cuestionadas por los verdaderos dueños de las tarjetas. Entre esos cupones detectaron uno con un dato ajeno: una compra de combustible en una estación de servicio. “Tuvimos la suerte de que el playero anotó la patente del vehículo en el cupón”, dijo a Página/12 el comisario Víctor Vitábile.
El auto pertenecía a un familiar de los ahora detenidos. El rastro de Monica y Bill volvió a detectarse en un supermercado Disco. Las cámaras de seguridad grabaron a la pareja en tren de reponer víveres y lograron identificarlos: ambos tenían antecedentes por estafas nada menos que a financieras y bancos. Se realizaron 12 allanamientos en Capital, Mar del Plata y Mendoza, con tres detenidos: Bill y Monica, y el peruano Luis Daniel “el Corcho” Rodríguez Rodríguez. Habrá que agregar a la pareja de “Monica” Serani, a Gabriel Rico, preso en Marcos Paz por robo con armas en un locutorio. “Rico, desde la cárcel –señaló una fuente policial–, bajaba las directivas.” En casa de Bill encontraron 4 mil tarjetas robadas y en proceso de clonación. El método era artesanal: con un skimmer o capturador (un aparato semejante al que se utiliza para entrar a un cajero al pasar la tarjeta) un empleado de un comercio graba la información magnética de la tarjeta del cliente. En el cupón de la compra real aparecen los números y datos del anverso de la tarjeta. Luego la grabación y los datos son vendidos. La banda traslada los datos a una PC y luego los regresa a la banda magnética de una tarjeta robada a la que, previamente, le alisan los números en relieve mediante una prensa con calor, y le colocan los números y datos pasados por el comerciante con un rotulador.
Luego, entregan la tarjeta a un “comprador” que hace la compra y se queda con un porcentaje del producto. La banda hizo compras por un millón y medio de pesos. Como al Bill norteño, el éxito se les había subido a la cabeza. En casa del uruguayo encontraron la máscara de Clinton y los tapes televisivos que guardaba para su currículum.