SOCIEDAD
Para el Gobierno, el caso Blumberg es uno con policías involucrados
El jefe de Gabinete insistió ayer con que hay que investigar las relaciones de uniformados y bandas de secuestradores para resolver el caso. Antecedentes no faltan para sospecharlo.
Por Raúl Kollmann
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, insistió ayer con que se deben investigar las relaciones entre secuestradores y policías, una cuestión en la que el gobierno nacional viene polemizando con el bonaerense. Sucede que el secuestro de Axel Blumberg se produce exactamente en la misma zona en la que operaban las bandas que encabezaban “el Negro Sombra”, “el Lala” López y el ya muerto “Jeta” Medina, todos hombres sobre los que hay evidencias de que mantenían relaciones con uniformados e incluso habían pagado por su libertad cuando estuvieron detenidos. En ese marco, se pretende investigar si el asesinato del joven estudiante no fue también un mensaje mafioso-policial.
Paralelamente, en la semana que empieza quedará en el centro de la escena el fracasado operativo policial y de inteligencia que desembocó en la muerte de Axel. Los funcionarios nacionales y provinciales, empezando por el presidente Néstor Kirchner, le prometieron al padre que serán desplazados quienes actuaron irregularmente o con falta de profesionalismo. Algunos hablan de denuncias, pases a retiro y desplazamientos.
Los investigadores del caso Blumberg seguían ayer la pista de una serie de bandas de secuestradores que no sólo se dedican a ese rubro, sino también al robo de automotores y a la distribución de drogas. Sucede que en el entrecruzamiento de llamadas aparecen vinculaciones con agencias en que se venden coches usados e integrantes de bandas que transitan lo que se dio en llamar el Triángulo de las Bermudas de los secuestros: toda la zona que rodea a la Panamericana –incluyendo El Talar de Pacheco, Don Torcuato–, el Camino del Buen Ayre y el Acceso Oeste.
Sólo en el mes de marzo se registran 25 secuestros en los que intervino el fiscal Jorge Sica y en los que las llamadas, los lugares de pago del rescate o la liberación de los secuestrados se produjo en esa zona. Ayer mismo, fue liberado un joven que fue capturado cerca de San Miguel y lo soltaron, después de pagar rescate, en Panamericana y Camino del Buen Ayre.
Juan Carlos Blumberg habló el viernes de “zona liberada”, aunque quiso referirse más a falta de profesionalismo de los investigadores policiales y de la SIDE que a complicidad con los secuestradores. Sin embargo, en la familia Blumberg existe la duda sobre las razones por las que mataron a su hijo: en las reuniones con Kirch-ner, Solá y Beliz plantearon que el asesinato puede ser un mensaje, un cadáver tirado en la arena políticopolicial, tal vez por internas debido a los pases a retiro de comisarios o por relaciones entre bandas y uniformados. “Hay que atender las denuncias contra policías”, señaló ayer Alberto Fernández, refiriéndose a lo señalado también por el juez Fernando Maroto, quien viene reiterando que hay elementos en varias causas judiciales que muestran que la Departamental de Investigaciones de San Isidro mantenía una estrecha relación con distintas organizaciones de secuestradores.
La banda que secuestró y mató a Axel seguramente se separó de inmediato, ya que eso es lo que hacen los secuestradores cuando un caso cobra semejante repercusión. Además, la organización había cobrado el rescate por el secuestro de un ejecutivo de Arcor –88.000 pesos– y eso les da cierto respiro económico para “guardarse” un tiempo.
Por ello, la pesquisa lleva a analizar los otros casos en los que actuó esta banda: está el del ejecutivo de Arcor y también el del director de Asuntos Legales de Telecom, a cuya familia la convocaron al mismo lugar que al padre de Axel –una estación de servicio en Panamericana y Ruta 202– para iniciar el recorrido de postas para el pago del rescate.
Como es obvio, hay ahora una enorme presión sobre la Bonaerense y la SIDE para que den con la banda que mató a Axel y tanto los fiscales como los investigadores policiales y agentes de inteligencia saben que en la medida que pasen los días, más se pondrá el foco en el fracasado operativo que terminó con un tiroteo en el que se intentó detener a los secuestradores.
El padre de Axel insiste en que existió una especie de pose en la que los investigadores se presentaron como súper-agentes, hablaban de tecnologías sofisticadas, helicópteros y grupos especiales, pero al mismo tiempo –según la familia Blumberg– se cometieron errores groseros, se actuó sin previsión, con apresuramiento y sin la menor eficiencia.
Blumberg pide renuncias, pases a disponibilidad y la denuncia de quienes actuaron de esa manera.