SOCIEDAD

Una planta para que los cartoneros clasifiquen la basura reciclable

Funcionará antes de fin de año en el Bajo Flores. Previamente habrá una campaña para la separación domiciliaria de residuos.

Antes de fin de año, una cooperativa de cartoneros se hará cargo de la planta de clasificación de residuos, que está instalando el gobierno porteño en el Bajo Flores. Hasta allí llegarán los materiales recolectados por los propios recuperadores o las bolsas recogidas por los camiones recolectores. Pero para eso será necesario que los vecinos separen en bolsas diferenciadas los desperdicios que son aptos para el reciclado: papeles, cartones y plástico. “Los recuperadores urbanos surgieron como parte de la crisis, y la idea es que su labor se transforme en una actividad productiva”, resumió a Página/12 el subsecretario de Medio Ambiente porteño, Marcelo Vensentini. Para que todo sea posible, en agosto se lanzará una campaña de difusión para que la clasificación domiciliaria de residuos se convierta en un hábito.
El grupo de cartoneros seleccionados para esta labor surgirá del registro realizado por el Programa de Recuperadores Urbanos, que lleva adelante el gobierno porteño. Hoy existen poco menos de 9000 cartoneros registrados en la ciudad, que cargan sus carros todas las noches en busca de materiales. “La idea es que el Estado pueda orientarlos y mejorar las condiciones de empleo, pero el trabajo de ellos va a ser independiente”, subrayó Vensentini.
La autogestión es el modelo de trabajo elegido para esta planta, que está ubicada en Avenida Varela y Janer, frente a la cancha de San Lorenzo: si bien el personal del gobierno porteño realizará periódicamente auditorías del funcionamiento, el centro de clasificación de residuos se mantendrá con los ingresos que genere.
La iniciativa se completará con otros cinco “centros verdes”, galpones en los que los cartoneros podrán acopiar y clasificar la basura, aunque sin las maquinarias instaladas en la planta del Bajo Flores.
La planta de clasificación contará con un sistema de cintas transportadoras que van desde la tolva –un gran recipiente metálico donde se depositan las bolsas de basura– a los boxes de selección, donde trabajan los operarios. Previamente, una máquina rompebolsas abre los envoltorios para que caiga el contenido sobre la cinta.
Para que esto sea posible, los residuos deberán ser previamente seleccionados en cada casa o comercio. La campaña de difusión, que también se llevará a cabo en escuelas, apuntará a que la gente se acostumbre a usar dos bolsas: una para el material seco (cartón, plástico y papel), apto para el reciclado, y otra para los desechos húmedos (orgánicos), como cáscaras, yerba y desperdicios de alimentos, entre otros materiales orgánicos, que serán llevados a los rellenos del Ceamse.
La bolsa con los elementos reciclables será transportada a la planta de clasificación por los cartoneros o bien por las empresas recolectoras –sobre todo en el caso de comercios y edificios– que harán un recorrido previo al habitual.
“Los recuperadores van a hacer la recolección con recorridos predeterminados. Para eso, estamos haciendo los mapas que indiquen el camino de cada cartonero del Programa”, señaló la directora de Higiene Urbana, Gabriela Faustinelli. La planta del Bajo Flores, se estima, podrá clasificar hasta 120 toneladas de materiales por día, lo que equivale al contenido de unos 20 camiones.
Las obras de remodelación de la planta, donde podrán trabajar unos 40 operarios, incluyen la adaptación del galpón a las necesidades de operación del sistema, un cercado perimetral, la instalación de una báscula, ampliación y reacondicionamiento de los sectores de servicios, un salón de usos múltiples y oficinas para administración. La obra de remodelación del galpón tiene un costo de 646.622 pesos.
De acuerdo con los plazos de la licitación, en seis meses la planta estará terminada. Luego, “se organizará el trabajo y se capacitará al personal que trabaje dentro del lugar” que, según los cálculos, estará en funcionamiento antes de fin de año, adelantó Faustinelli. Esta iniciativa forma parte “del objetivo general del Programa de Recuperadores Urbanos(PRU) que busca que los cartoneros no tengan que llevar los materiales en los trenes, sino que puedan descargar los residuos en la Ciudad y volver a sus casas normalmente”, indicó la directora del Programa de Recicladores Urbanos, Sandra Carlino. El registro de cartoneros, hasta ahora, incluye a mayores de 18 años. Pero “pensamos hacer un nuevo registro de 16 a 18 años, para que esos chicos puedan trabajar seis horas con un régimen controlado”, dijo Carlino.

Producción: Maricel Seeger.

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Operarios ponen a punto un galpón con maquinarias.
 
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