SOCIEDAD

La esposa del “sheriff” Castrilli, amenazada por un barrabrava

La mujer fue interceptada por un hombre que sería Rafael Di Zeo, prófugo jefe de la barra brava de Boca. Se abrió una causa por “hostigamiento”. Para Castrilli, son “gajes del oficio”.

“Son gajes del oficio.” Con la experiencia de un “sheriff” acostumbrado a codearse con los insultos de la tribuna y las presiones de los violentos, el titular del Programa de Seguridad en los Espectáculos Futbolísticos y ex árbitro Javier Castrilli confirmó a través de sus allegados que su esposa había sido amenazada mientras caminaba por el barrio porteño de Floresta, cerca de su domicilio, por un hombre que sería nada menos que Rafael Di Zeo, el prófugo jefe de la barra brava de Boca Juniors. La causa, que apenas fue calificada como “hostigamiento”, por lo que quedó radicada en el fuero contravencional, se inició por denuncia de la propia damnificada, quien identificó a Di Zeo, a quien pudo ver “desde una distancia de 50 centímetros, de manera que a ella no le quedaron dudas”, explicó una fuente consultada por Página/12. Castrilli apenas se limitó a comentar que el autor de la amenaza es “un conocido hincha de Boca”. Di Zeo está prófugo en una causa, a cargo del juez Mariano Bergés, en la que se investiga la existencia de una supuesta asociación ilícita dedicada a la venta de entradas falsas durante el último superclásico con River Plate, jugado en el estadio de Boca.
La esposa de Castrilli, cuyo nombre se mantiene en reserva por razones de seguridad, fue amenazada en la tarde del jueves, aunque la noticia recién se supo ayer. Cuando ella iba caminando por la calle, un taxi la comenzó a seguir de cerca y un hombre que estaba sentado en el asiento de atrás, bajó la ventanilla y le dijo: “¿Qué hacés? ¿Cómo estás? Quedate tranquila que con vos está todo bien. Cuidate”. La esposa de Castrilli, cuando se presentó a realizar la denuncia en la Comisaría 40ª, dijo que el primero que le dirigió la palabra fue el chofer del taxi, que le preguntó por la ubicación de una calle. La mujer dijo que no la conocía y allí fue cuando apareció en escena el otro personaje, al que ella identificó en su denuncia como Rafael Di Zeo, confirmaron fuentes allegadas a la causa.
La amenaza se produjo en el mismo momento en el que Castrilli se encontraba reunido con la dirigencia del club Boca Juniors, oportunidad en la que se resolvió levantar la prohibición que pesaba sobre el estadio la Bombonera. El caso fue girado primero al Juzgado de Instrucción Penal a cargo de Roberto Grispo, quien consideró que fue “un hostigamiento” y por tal motivo derivó la denuncia al fiscal contravencional Adolfo Bormida.
Grispo consideró que “no estaban dadas las circunstancias como para encuadrar el hecho dentro de lo que estipula el delito de amenazas”.
Fuentes cercanas a Castrilli dijeron a este diario que “no se trata de la primera amenaza que recibe Castrilli y en dos casos anteriores también intimidaron a su esposa, aunque la mayoría de las veces fue por teléfono y no personalmente como ocurrió ahora”. Para el vocero, lo ocurrido son apenas “los gajes del oficio y por eso sólo se habla en público de los casos cuando la noticia trasciende; la idea de Castrilli es tratar de bajarle el perfil a lo ocurrido, aunque por decisión de la Justicia, en forma preventiva, se dispuso poner una guardia policial en la casa”.
El abogado José Monteleone, que representa a Di Zeo, afirmó ayer que “es irracional” pensar que su defendido pudo haber amenazado a la esposa de Castrilli y aseguró que todo lo que ocurre en torno del tema “son tiros por elevación que le apuntan a (Mauricio) Macri, a quien quieren voltear porque es exitoso en sus negocios y también en la política”. Monteleone consideró que “es absurdo pensar que Di Zeo, teniendo un pedido de detención (por parte del juez Bergés), se esté paseando en taxi y que vaya a amenazar a la esposa de Castrilli; es subestimar la inteligencia de una persona”. Fuentes allegadas a Castrilli aseguraron que en los últimos días “Di Zeo, que vive en la zona sur de la Capital Federal, fue visto en el barrio de Mataderos”.
Bergés, por su parte, salió a defender la seriedad de su investigación y afirmó que “lo actuado no ha sido el capricho de un lunático magistrado”. En la causa, además de varios barrabravas, está procesado Luis Buzios, secretario del club Boca Juniors, y el juez reiteró que podría llegar a citar, como imputado, al propio presidente de la institución, MauricioMacri. “Cuando no se puede tapar lo obvio, no queda otro recurso que criticar sin razón al magistrado”, sostuvo Bergés.

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Castrilli apenas se limitó a comentar que el autor de la amenaza es “un conocido hincha de Boca”.
 
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