SOCIEDAD › EXITOSA MISION DE LA NASA Y LA AGENCIA ESPACIAL EUROPEA

Una visita al señor de los anillos

Por primera vez, una sonda espacial entra en la órbita de Saturno. Enviará datos sobre el planeta, sus anillos y sus 31 satélites, en especial uno, con notable parecido a la Tierra primitiva.

 Por Pedro Lipcovich

En la vida de cada sonda espacial –como en la de cada ser humano– hay un momento clave para el que no existe segunda oportunidad. La Cassini-Huygens atravesó con éxito ese momento cuando, luego de 96 minutos de maniobra final, entró en órbita alrededor de Saturno. Fue también el momento clave en las vidas de los 260 científicos de 17 países que, desde hace 25 años, han consagrado sus carreras a este proyecto. A partir de ahora, ya en firme, podrá desarrollarse la tarea científica propiamente dicha de esta misión. Durante cuatro años, la sonda obtendrá datos sobre el planeta, sus anillos y sus 31 satélites. Pero los resultados más espectaculares podrían llegar mucho antes: en la próxima Navidad, el módulo Huygens se desprenderá de la Cassini para descender en una de esas lunas, especialísima: Titán. Con atmósfera propia, sus condiciones parecen similares a las que regían en la Tierra hace 3500 millones de años, cuando empezó la vida: si un lugar en el sistema solar puede albergar los primeros estadios de la vida, es Titán. La Huygens llegará allí en enero del año que viene, y su momento clave se extenderá unos pocos minutos, antes de morir entre vapores sulfurosos.
En realidad, los investigadores tardaron más de 70 minutos en recibir la buena noticia: es lo que tardaron las señales radiales de la Cassini-Huygens en recorrer los 1500 millones de kilómetros que median entre Saturno y la Tierra. En las primeras horas de ayer, la sonda consiguió pasar por la ranura entre los anillos 6 y 7 y quedó instalada en una órbita estable alrededor de Saturno. Para lograrlo, tuvo que poner en funcionamiento, durante 96 minutos, un retrocohete que, al reducir su velocidad, hizo posible su captura por la atracción gravitacional del planeta; de otro modo, hubiera continuado irremisiblemente hacia el espacio profundo.
“Esto me llena los ojos de lágrimas, es magnífico”, dijo Carolyn Porco, de la Agencia Espacial Europea. La sonda a Saturno comprometió a esta entidad junto con la NASA y la Agencia Espacial Italiana. Ed Weiler, administrador asociado de la NASA, anunció que “lo que la sonda Cassini-Huygens revelará en su viaje por Saturno y sus lunas, incluida Titán, asombrará a los científicos y al público”. Si bien la NASA está siempre obligada a prometer grandes revelaciones –en su permanente campaña por sobrevivir financieramente–, esta vez los resultados pueden ser realmente asombrosos, en especial en cuanto concierne a Titán.
Porque las condiciones de este satélite, con su atmósfera de metano y sulfuros, se aproximan a las que presentaba la Tierra hace 3500 millones de años. Aquí, en los últimos 20 años, se encontraron bacterias en lugares insospechados: ambientes con altísima acidez, sitios con escapes sulfurosos en el fondo de los mares, que se asemejan a los de aquella Tierra arcaica. Tomando en cuenta esto, “a mediados de la década de 1990 la NASA creó su Instituto de Astrobiología, con un presupuesto de 50 millones anuales, y en estos diez años se avanzó más que en los cien años anteriores en esta área”, señaló Guillermo Lemarchand, el investigador del Centro de Estudios Avanzados de la UBA que trabajó junto a Carl Sagan en la Universidad de Cornell. Además de estudiar estas raras formas biológicas en la Tierra, se desarrollaron instrumentos para detectarlas en otros planetas.
“En otros lugares del sistema solar, con ambientes extremos, podría haber vida de parecidas características, y la Cassini-Huygens va provista de instrumental desarrollado para detectar estas formas de vida o sus moléculas precursoras”, observó Lemarchand. Y destacó que “la perspectiva más importante de la misión a Saturno es llegar a entender bien cómo es la atmósfera de Titán, que se cree muy parecida a la atmósfera en los orígenes de la Tierra. Este satélite, y en segundo lugar el satélite Europa, de Júpiter, podrían ofrecer las mejores condiciones para la vida”.
Para llegar a Titán, el próximo 25 de diciembre la sonda Huygens se separará de la Cassini. El 14 de enero de 2005 a las 5 de la mañana deberá penetrar en la atmósfera de ese satélite, que se extiende 600 kilómetros hacia el espacio (diez veces más que la atmósfera terrestre): un equipo de paracaídas amortiguará el descenso. A partir de ese momento, la duración de la misión en Titán se prevé en 153 minutos; dos horas y media en el descenso y tres minutos sobre la superficie; se otorgará a la Huygens la posibilidad de sobrevivir 30 minutos más en ese infierno; tras su sacrificio, las antenas de la Cassini se volverán nuevamente hacia la Tierra para transmitir los datos aportados por la Huygens.
Después, durante cuatro años, la sonda emitirá información sobre los 30 satélites restantes, sobre los anillos y la atmósfera de Saturno.
La Cassini-Huygens fue lanzada el 15 de octubre de 1997 desde Cabo Cañaveral. Se la envió en dirección contraria, a fin de que la atracción gravitacional del planeta Venus –como una gigantesca honda– la impulsara con más velocidad hacia el exterior; obtuvo nuevos impulsos al acercarse a la Tierra y a Júpiter. En total, recorrió 3500 millones de kilómetros hasta Saturno.
Un equipo de 260 científicos de 17 países dedican su vida a este proyecto, que empezó a principios de la década de 1980 y finalizará cuando sea analizada la última información de la Cassini, que dejará de trasmitir dentro de cuatro años.

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La sonda Cassini-Huygens ingresó ayer en la órbita de Saturno después de siete años de viaje.
 
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