SOCIEDAD
La diócesis que quebró, demandada por los abusos
Un Obispado estadounidense se declaró en bancarrota tras varios arreglos extrajudiciales por abusos sexuales de sus curas. Denuncian que se trata de una estrategia para evitar más pagos. Podrían sumarse otras diócesis.
En Estados Unidos, la Iglesia parece haber encontrado la manera de escurrirse a la hora de pagar demandas por abuso sexual. La diócesis de Portland, en Oregon, se declaró el martes último en bancarrota, el mismo día que debía comenzar la audiencia de dos demandas colectivas por 160 millones de dólares por los abusos cometidos por el sacerdote Maurice Grammond en la década del ’80. El religioso falleció en 2002, pero en una declaración efectuada poco antes señaló que en realidad eran “los niños” los que abusaron de él, ya que “acudían a mi regazo para excitarse sexualmente”. Este no es el primer caso de paidofilia que atraviesa este distrito: la diócesis y sus compañías de seguros ya han pagado 53 millones de dólares en acuerdos extrajudiciales en 130 casos de abusos.
La jugada de la Iglesia estadounidense podría extenderse en los próximos días. La diócesis de Tucson (Arizona) planea sumarse a esta medida y otras congregaciones más pequeñas y con pocos recursos podrían tomar iniciativas similares en el futuro inmediato.
De esta manera, el caso de Portland pone al descubierto el escándalo al que se enfrenta la Iglesia Católica en Estados Unidos y las sumas millonarias que desembolsan por hechos de abuso sexual por parte de los propios curas. La declaración de bancarrota del arzobispo de Portland, John Vlazny, permite diferir los pagos, le otorga protección al deudor y obliga a la reorganización de la entidad que solicita la bancarrota, entre otros “beneficios”.
La decisión de la diócesis podría poner a los religiosos en manos de los magistrados. Incluso, la vocera de la Conferencia Episcopal Católica de EE.UU., Mary Ann Walsh, admitió que “un juez de bancarrota tomará todas las decisiones. Esta no es, ciertamente, la solución ideal”. De todos modos, Vlazny incrementó la ira de las víctimas cuando en medio de una conferencia de prensa sostuvo –en un intento de explicar los motivos de la decisión– que “la olla de oro (su diócesis) está vacía en este momento”.
“La olla ni siquiera se ha comenzado a tocar. Esta diócesis es una de las corporaciones más acaudaladas de Oregon, con fondos y propiedades por valor de 500 millones de dólares”, aseguró David Slader, uno de los abogados de las víctimas. “Este es un procedimiento delictivo. Se trata de una organización que toleró las violaciones a niños y ahora están actuando como si fueran víctimas”.
Por su parte, James Devereux, quien acusó a Grammond de abusar de él cuando tenía entre once y trece años, manifestó que “la Iglesia pidió la bancarrota financiera hoy, pero han estado moralmente en bancarrota toda mi vida” y afirmó que seguirá luchando para conseguir que la diócesis reconozca sus delitos.
Los casos de paidofilia no son nuevos en la Iglesia estadounidense. Los escándalos por abusos sexuales salieron a la luz en 1985 con el caso de Gilbert Gauthe, un cura de Louisiana que confesó haber cometido abusado de decenas de niños, por lo que fue sentenciado a 20 años de cárcel.
Según estimaciones extraoficiales, los abogados de la cúpula eclesiástica de Estados Unidos lograron acuerdos en unos mil juicios. Además, se calcula que los casos de abuso sexual le han costado a la Iglesia Católica más de 650 millones de dólares desde 1950. Sin embargo, pocos casos han terminado ante los jueces, ya que la mayoría se han resuelto con acuerdos extrajudiciales.