SOCIEDAD
Falbo ya es procuradora, muy a pesar de Blumberg
En el acto de asunción hubo una nutrida presencia de duhaldistas. También estuvo Carlotto: “Blumberg no existe”, desafió.
María del Carmen Falbo asumió ayer su cargo como titular de la Procuración General de la Suprema Corte bonaerense. En lo protocolar, Falbo prestó juramento ante el presidente de la Corte provincial, Eduardo De Lazzari, en el Salón de Audiencias de los tribunales platenses. En lo formal, el salón estaba repleto y daba un importante marco de apoyo a la flamante funcionaria. Se trató de un abanico amplio, en el que fue destacable la presencia duhaldista. Semejante soporte vino a ser el telón de fondo contra la cruzada de Juan Carlos Blumberg contra la designación de Falbo, y de algún modo le dio la razón: la nueva procuradora fue secretaria de Justicia durante la gobernación de Duhalde y representó esa línea como diputada nacional antes de asumir como procuradora. Pero, ante todo, trabajó en la reforma procesal en la provincia, que saca de quicio a Blumberg. Al término de la reunión, Falbo, discretamente, eludió mencionar a Blumberg. Estela Carlotto, que también participó en el acto, fue más contundente: “Blumberg no existe”, dijo.
Además del lugar común de que Falbo es la primera mujer en ese cargo, el acto de asunción llegó de la mano de las críticas de Blumberg. La excusa del enfrentamiento nace cuando el padre de Axel instaló su petitorio de reformas. Falbo, como diputada del PJ, se opuso a algunos de los puntos. Cuando fue propuesta a la Procuración, Blumberg saltó como si se tratara de otro demonio. Se entrevistó con Solá, inició una recolección de firmas, presentó una impugnación, amagó y anunció una marcha para evitarla, marcha que se demoró porque entre otros motivos no parece provocar ese punch emocional al corazón de la clase media. De todos modos, ayer insistió en sus críticas en los canales de tevé, mientras Falbo asumía en La Plata.
Las críticas tienen como argumento la supuesta falta de independencia de Falbo. Una lectura inicial diría que es una crítica al vínculo duhaldista. Pero Blumberg no sólo se refiere a la independencia política sino, más minucioso, a la directa relación de la actual procuradora con la reforma procesal en la provincia. Durante el ’97 y ’98, María del Carmen Falbo no sólo era secretaria de Justicia de Eduardo Duhalde, sino que también intervino en forma directa en la redacción de la reforma que desató un vendaval de críticas y otro tanto de aplausos. En ese momento, la reforma, como ocurrió con la de la Bonaerense, quedó inconclusa. Si hay algo visceral en Blumberg es su profunda aprehensión a los fiscales, a quienes responsabiliza en parte por la trágica suerte de su hijo. Y los fiscales vienen a ser la cara de la reforma: quedaron a la cabeza de la instrucción de los casos (curiosamente, no en los secuestros, que son federales) en reemplazo de los jueces, que quedaron a cargo del control de las garantías. Ahora, Blumberg carga contra Falbo, porque carga contra la reforma.
Volviendo al acto, el apoyo duhaldista fue evidente: hasta el mismo presidente de la Corte, Eduardo De Lazzari, formó parte del Ejecutivo de Duhalde. Chiche Duhalde, obviamente presente, dijo que “Blumberg tiene que asesorarse cuando habla; tiene que saber bien lo que dice”. Carlotto fue más contundente: “Blumberg no existe. Es de una soberbia inaceptable que ponga el dedo para indicar qué tiene que hacer cada uno. Falbo es una mujer que tiene méritos para estar donde está y es una designación que acompañamos para desearle suerte y decirle que esperamos tener una relación fluida, porque las Abuelas siempre tenemos cosas para hacer”. Ya como procuradora, Falbo fue más discreta: “No es el momento para hablar de este señor. Voy a trabajar por los mismos objetivos que tiene él, mejorar la seguridad y la Justicia”.