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Por Mónica Chapuli *
Desde Tokio

La policía japonesa halló ayer los cuerpos sin vida de un grupo de siete jóvenes y otro de dos en áreas cercanas a Tokio, en lo que supuestamente son dos suicidios colectivos, de los que el primero es el mayor de la historia en Japón, según fuentes policiales. En ambos casos se sospecha que las muertes fueron pactadas en Internet, en alguna de las numerosas páginas que existen en Japón dedicadas a intercambiar ideas sobre cómo quitarse la vida.
Los cuerpos desplomados unos sobre otros, de cuatro mujeres y tres hombres, fueron encontrados en una furgoneta estacionada en un aparcamiento de montaña, sin otro vehículo, en el pueblo de Minano, en la prefectura de Saitama, a unos 50 kilómetros al oeste de la capital nipona. Los cadáveres de otras dos mujeres estaban, por su parte, en el asiento trasero de un vehículo hallado frente a un templo, en la prefectura de Kanagawa, a unos 30 kilómetros al sur de Tokio.
En ninguno de los cuerpos se han apreciado signos de violencia. En todos los casos se trata de personas menores de 30 años que, al parecer, murieron por intoxicación al inhalar monóxido de carbono procedente de la combustión de carbón vegetal en pequeños hornillos, de los que cuatro se encontraron en la furgoneta y dos en el otro automóvil.
Las ventanas de la furgoneta habían sido selladas herméticamente desde el interior con cinta de vinilo y las del otro vehículo, con cinta plástica negra, mientras que el exterior de los dos automóviles estaba cubierto con enormes plásticos azules.
Pese a todas esas coincidencias y a que estos dos misteriosos casos fueron descubiertos el mismo día, la policía ha declinado por el momento relacionar directamente ambos sucesos hasta no concluir sus investigaciones, que se centran en primer lugar en determinar la identidad de los fallecidos.
La voz de alarma la dio un joven de Sapporo, capital de la isla de Hokaido, en el norte del archipiélago nipón, que indicó a la policía en la tarde del lunes que había recibido un mensaje en su teléfono móvil procedente del celular de un amigo, quien le había comunicado el plan de suicidio y el lugar en que se iba a producir. “Lo hemos planeado”, le dejó dicho.
Entre las varias notas de despedida que fueron encontradas en el interior de la furgoneta había una que decía “siento haber cometido suicidio”, mientras que la hallada en el auto aseguraba que “esto no es un crimen. Lo hemos planeado”.
En Minano y a primera hora de la mañana de ayer fueron hallados los cadáveres de los jóvenes, vestidos todos con camisetas y vaqueros y rodeados de pertenencias, como teléfonos móviles y bolsas. En las cercanías de la furgoneta fue descubierto un frasco con somníferos, según informó la policía.
El año pasado Japón tuvo el mayor número de suicidios de su historia al sumar 34.427, de los que el 22 por ciento fueron cometidos por jóvenes menores de 19 años, mientras que en 34 ocasiones se trató de acciones colectivas acordadas en Internet. En lo que va de 2004, ya se han producido 20 casos de suicidio en grupo, incluyendo los descubiertos ayer.
El hecho de que Japón tenga una de las más altas tasas de suicidios del mundo se debe, según algunos especialistas, a que en su sociedad, a diferencia de la occidental, quitarse la vida no es un tabú cultural, por lo que se considera una forma adecuada de poner fin a problemas, como los de salud y económicos, que son los que los japoneses confiesan padecer más, según las encuestas. Sin embargo, según otros expertos, el origen de esta altísima tasa de suicidios hay que buscarlo en la carencia de una política preventiva y en que algunos jóvenes asocian la muerte a una prolongación de los juegos cibernéticos.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.