SOCIEDAD › TIRA Y AFLOJE EN LAS ULTIMAS REUNIONES DE LA COP 10
Cierre con clima caliente
Dificultades para un acuerdo final en la Cumbre del Clima. La concentración de gases se agravó. El Protocolo de Kyoto ya no es suficiente. Argentina firmó siete acuerdos muy importantes.
La 10ª Cumbre de Cambio Climático finalizó con la certeza de que se avanza en el proceso de lucha contra el calentamiento global, aunque sea a paso lento. El otro saldo importante que dejaron los once días de deliberaciones fue la conclusión de que el Protocolo de Kyoto, que entrará en vigencia en febrero, no alcanza para reducir los gases de efecto invernadero. Para la Argentina significó la firma de siete acuerdos bilaterales con el fin de desarrollar en el país proyectos que apunten a generar tecnologías limpias. “Todavía no puedo dar ninguna cifra, pero estoy en condiciones de afirmar que estos acuerdos abren una puerta y un camino para el ingreso de inversiones extranjeras”, destacó el ministro de Salud, Ginés González García.
Durante la COP 10, otros tres países ratificaron el Protocolo: Egipto, Nigeria y Liechtenstein. En total, participaron del encuentro –que se llevó a cabo en el predio de la Rural– 6194 asistentes de 169 países, entre ellos 2929 integrantes de 244 ONG, de las cuales 110 fueron argentinas. La cubrieron unos 250 periodistas de todo el mundo.
Al cierre de esta edición, continuaban las negociaciones al más alto nivel entre los delegados gubernamentales para acordar el documento final. El tira y afloje giraba en torno de la creación de un fondo con aportes de los países industrializados para “adaptar” a los países en vías de desarrollo a los impactos del cambio climático, y también sobre la realización antes de la próxima COP, prevista para 2005, de “seminarios de expertos” para iniciar las primeras consultas con vistas a diseñar políticas para mitigar los efectos más allá de 2012, límite del Protocolo de Kyoto. Esta última medida fue propuesta por el gobierno argentino, porque a partir de la entrada en vigencia del Protocolo, en febrero, sólo pueden participar de las cumbres los países que lo ratificaron, con lo cual grandes contaminantes, como Estados Unidos y Australia, quedan automáticamente fuera de las discusiones internacionales sobre el tema. Los seminarios serían una alternativa para incluirlos.
La idea de un nuevo período de compromisos para la reducción de emisiones luego de 2012 cosechaba desconfianza entre algunas naciones en desarrollo, que no tienen obligaciones según el Protocolo de Kyoto, pero que podrían tenerlas a largo plazo. Entre esos países está la India, el sexto mayor emisor de gases contaminantes del mundo, que no dispone de recursos ni tecnologías suficientes para cumplir con compromisos de reducción de sus emisiones. “Kyoto no es suficiente para reducir gases. Debemos sentar las bases de las medidas que se tomarán en el futuro”, consideró el ministro de Vivienda y Medio Ambiente de Holanda, Pieter Van Geel. En el mismo sentido opinó el científico argentino Osvaldo Canziani, copresidente del Panel Intergubernamental de Cambio Climático integrado por expertos. Consultado por Página/12 acerca de su balance de la cumbre, Canziani cuestionó el lento avance en la implementación concreta del Protocolo: “La burocracia es tan pesada que se pierde mucho tiempo”, y advirtió que “de 1990 a 2004 ya se aumentó un 15 por ciento la concentración de gases de efecto invernadero”.
Otro especialista en temas ambientales, Mariano Jäger, director del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad Nacional de La Matanza, hizo también una evaluación del encuentro: “Los aspectos más importantes en discusión en esta convención fueron la efectividad que tendría el Protocolo de Kyoto en caso de ser aplicado; los compromisos asumidos y sus grados de cumplimiento; la postura adoptada por Estados Unidos; y la reflexión de que, aun cuando se cumpliera lo estipulado por el Protocolo, eso ya no alcanzará”.
Para la Argentina, la cumbre significó la posibilidad de firmar siete acuerdos bilaterales con Italia, España, Dinamarca, Holanda, Francia, Austria y Canadá, dirigidos a promover actividades económicas en el país que permitan una producción más sustentable. Se trata de uno de los mecanismos previstos en el Protocolo, por el cual naciones industrializadas que deben reducir sus emisiones de contaminante sinvierten en terceros países para generar mecanismos de desarrollo más limpio. La reducción de emisiones que esos proyectos causen les sirve a los países que ponen el dinero o la asistencia técnica como créditos de carbono, para cumplir con sus metas. “Estos acuerdos nos van a permitir crear empleo y a la vez reducir los gases de efecto invernadero”, destacó el secretario de Medio Ambiente, Atilio Savino, en diálogo con este diario.