SOCIEDAD › TRES CAMARISTAS VISITARON LA EXPOSICION DE FERRARI
La muestra es para pocos
Mañana o el martes estaría lista la decisión de los jueces sobre la clausura de la muestra. “Lo que está en juego es la libertad de expresión y no si las obras son de buen o mal gusto o de mayor o menor calidad”, señaló Pablo Jacoby, abogado del artista.
Los jueces de la Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo, encargados de resolver la clausura en la muestra de León Ferrari, se acercaron el viernes hasta el Centro Cultural Recoleta para hacer una “inspección ocular”. La decisión llamó la atención de los abogados de Ferrari, que explicaron que, si se trata de una situación de censura, lo que importa no es el contenido de la muestra sino el derecho a exhibirla. De todos modos, en medio de tanta confusión asoma un dato positivo: el trámite del viernes, en un día feriado para los judiciales, revelaría la decisión del tribunal de adelantar el fallo, por lo que mañana o el martes podría saberse si –además de los jueces– el resto de los mortales pueden realizar una “inspección ocular” a la exposición de Ferrari.
Horacio Corti, Carlos Balbín y Esteban Centanaro, integrantes del tribunal que debe resolver el caso, se trasladaron el viernes hasta el Recoleta, donde la obra de Ferrari aguarda la resolución judicial. Acompañados por funcionarios del gobierno de la ciudad, por la procuradora Alejandra Tadei y por un grupo de abogados y curas de Cristo Sacerdote, que argumentaban a favor de la censura de la obra, los magistrados recorrieron el lugar, miraron los cuadros y preguntaron varias veces por los carteles que estuvieron ubicados, desde el primer día, en las entradas de la muestra, donde se advertía que algunas de las obras exhibidas podían incomodar a algunas personas.
El abogado de Ferrari, Pablo Jacoby, acompañó a los jueces y juzgó el trámite como “innecesario”. “Aquí lo que está en juego es la libertad de expresión y no si las obras son de buen o mal gusto o de mayor o menor calidad. No fue para juzgar eso que fueron designados, pero bueno, consideraron necesario venir y recorrer la muestra”, aseguró Jacoby. Y agregó: “Acá no es una cuestión de si afecta el sentimiento religioso, sino de censura previa. Al que le molesta la muestra, se puede quedar en su casa, pero los jueces no pueden cerrarla. Mucha gente que paga sus impuestos puntualmente y quiere ver la muestra está siendo privada de ese derecho”, señaló Jacoby.
En efecto, el hecho de que los jueces consideraran necesario mirar la obra para juzgar si corresponde o no exhibirla genera dudas sobre el fallo. Lo positivo, en todo caso, es que aceleraron los tiempos. Aunque tenían quince días para fallar, el comienzo de la feria judicial el 30 de diciembre complicaba las cosas. Todo indica que la resolución llegará antes, posiblemente mañana o el martes. Mientras, la agrupación Autoconvocados contra la Censura convocó para el martes a las 11 a una marcha desde avenida de Mayo 760 para repudiar el cierre de la exposición.
La muestra –León Ferrari, retrospectiva 1954-2004– se inauguró el 30 de noviembre pasado en una de las salas del Recoleta y desde un principio despertó la intolerancia de algunos sectores religiosos. Esa misma noche, dos hombres intentaron destruir algunas de las obras exhibidas. Poco después, el cardenal Jorge Bergoglio consideró la muestra como una “blasfemia” y llamó a los fieles de la Iglesia Católica a repudiarla. La Asociación Cristo Sacerdote, un grupo dependiente de Bergoglio, presentó un pedido de amparo y pagó una caución de 170 mil pesos por considerar que se estaba violando sus derechos. La jueza Elena Liberatori, en un fallo muy discutido, aceptó el recurso de amparo y ordenó el cierre de la exposición.