SOCIEDAD › PERSECUCION POLICIAL, LIBERACION POR UN ERROR
Un secuestro que salió mal
Fue un secuestro “exprés” a la peruana –de esa nacionalidad es la víctima y por lo menos uno de los victimarios–, pero esta vez salió todo mal para los delincuentes. Nunca llegaron a cobrar el rescate y por una desinteligencia entre ellos dejaron en libertad, sana y salva, a la mujer a la que habían mantenido varias horas en cautiverio. Todo se pareció a un gran malentendido, que transcurrió entre los barrios porteños de Once y Villa Lugano. La intervención de la Policía Federal tuvo perfiles épicos, ya que durante una persecución un miembro de la fuerza logró introducir la mitad del cuerpo dentro de uno de los autos de los secuestradores y viajó colgado de la ventanilla largos metros, hasta que cayó al asfalto. Eso sirvió para identificar y detener a uno de los autores, mientras que los cuatro restantes “están al caer”, según estimó anoche una fuente policial.
La mujer secuestrada tiene 32 años, es peruana, y vive con su familia en el barrio de Once. Aunque no se trata de una mujer “muy adinerada”, según las fuentes policiales, los delincuentes la siguieron y el viernes por la noche entraron con ella a la casa familiar. Molestos con la suma de dinero que había en la vivienda, resolvieron llevarse a la mujer y pedir un rescate de 15.000 pesos. En las negociaciones, los secuestradores bajaron sus pretensiones, hasta llegar a modestos 2000 pesos.
Los familiares resolvieron dar intervención a la seccional 7ª de la Federal, con jurisdicción en Once, cuyas autoridades dieron intervención a la jefatura de la Circunscripción II a cargo del comisario Jorge Oriolo y a la División Delitos Complejos conducida por el comisario Carlos Sablich. La policía sugirió a la familia que se acordara el pago del rescate, en la madrugada del sábado, en la esquina de Pueyrredón y Sarmiento.
La policía identificó a dos de los secuestradores, que se movilizaban a bordo de un Fiat Regatta gris. Un oficial de la Federal logró asirse al marco interno de una de las puertas delanteras del Regatta y como en una película de acción, estuvo varios minutos en esa incómoda posición, sin poder ingresar al vehículo para impedir el escape. Cuando el auto circulaba a contramano por Sarmiento, chocó contra un Chevrolet Chrysler. El oficial cayó al piso y sufrió lesiones, mientras los delincuentes –un hombre y una mujer– lograron escapar.
La mujer secuestrada, en tanto, fue dejada en libertad en el barrio de Lugano, cerca de la avenida General Paz, por decisión de otros miembros de la banda que creyeron que sus cómplices ya habían cobrado el rescate. La mujer se comunicó de inmediato con su familia y mientras eso ocurría, la policía realizó varios allanamientos, en uno de los cuales fue detenido el chofer del Regatta gris, que también es peruano. Ya se tienen los nombres de todos los miembros de la banda y se estima “inminente” su detención.