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Abuso sexual, incitación a beber alcohol y conspiración para secuestrar a un mismo menor de edad son algunos de los diez cargos de los que ayer se acusó formalmente al cantante Michael Jackson. Las acusaciones fueron leídas por representantes de la justicia californiana frente al rictus inmutable del cantante, que podría pasar 20 años en prisión si cada una de ellas se comprobara. Se estima que el juicio comenzado ayer podría durar cinco meses, hasta que el tribunal público emita una sentencia. El fiscal anticipó que el chico presuntamente abusado dará testimonio en la Corte.
Para la ocasión, el autor de Black or White optó por ir de negro con un brazalete rojo. Llegó a la Corte de Santa María, California, custodiado por la policía y familiares. Una vez en el recinto, el fiscal Tom Sneddon disparó una seguidilla de sinuosos detalles: afirmó que el hermano menor de Gavin Arvinzo, el niño presuntamente abusado, vio al autodenominado Peter Pan “masturbándose con una mano y la otra mano metida dentro de la ropa interior de su hermano”. Según la querella, el mundo mágico de Peter Pan no tiene nada que ver con el Neverland del autor de Save the World, de 46 años. Por el contrario, esa caracterización de sí y de su hacienda sería un escenario armado para cometer los abusos. “No se trata de un lugar con libros infantiles, sino de un lugar donde los niños ingresan a sitios web pornográficos y miran revistas como Hustler, Playboy o Barely Legal”, indicó Sneddon. En su “Tierra de Nunca Jamás”, el acusado habría cometido el abuso sexual del niño que entonces tenía 13 años –actualmente de 15– mientras éste padecía cáncer. Los hechos habrían ocurrido entre el 3 de febrero y el 3 de marzo de 2003.
El fiscal dijo a los 12 miembros del jurado que el autor de Thriller una vez sugirió al niño en secreto que le pidiera a su madre permiso para dormir con él, mientras su hermano y ella estaban alojados en una casa como invitados. Estos dos estuvieron de acuerdo debido a la enfermedad del niño. Según el mismo relato, en la habitación, el cantautor y Frank Tyson, uno de sus colaboradores, “llevaron a los dos niños, de nueve y diez años, por un tour sexual en Internet, para ver mujeres desnudas”. Sneddon aseguró que el cantante también sirvió un vaso de vino a su presunta víctima, que tendría un solo riñón, y le dijo: “Debes ser un hombre para beber”. El abogado defensor Thomas Mesereau sostuvo que “las acusaciones son falsas, inventadas y nunca sucedieron”.