SOCIEDAD › SIGUEN PERDIDOS UNOS TREINTA SOLDADOS CHILENOS
Pocas esperanzas en la nieve
Ayer, las patrullas rescataron a cuatro sobrevivientes y localizaron catorce cadáveres. El gobierno investigará responsabilidades.
“Las expectativas, a partir de este momento, se complican y son bajas.” Con esa frase, el jefe del ejército chileno, Juan Emilio Cheyre, admitió que ya no reina el optimismo en torno de la búsqueda de los conscriptos aislados tras la tormenta de nieve que los sorprendió el miércoles en la zona del volcán Antuco. Todos tienen menos de 20 años y la mayor parte cumplía su servicio militar obligatorio. Ayer por la mañana, cuatro soldados fueron encontrados con vida. Pero las patrullas de rescate volvieron anoche con trece cadáveres, con lo que ya se cuentan al menos catorce víctimas fatales. Los familiares increparon a miembros de la fuerza y los acusaron por no tener en cuenta previsiones meteorológicas. En tanto, el número de soldados perdidos ronda los 30. El ministro de Defensa adelantó que se investigarán responsabilidades.
Se trataba de su primer entrenamiento militar. De las tres compañías, un total de 453 personas, la mayoría eran conscriptos que se habían sumado a la fuerza apenas un mes antes, en abril. Estaban cumpliendo el último tramo de la instrucción en la provincia de Bío Bío, ubicada a la altura de la ciudad neuquina de Copahue, más precisamente en la ladera del volcán Antuco. Cerca de las 16 del miércoles se produjo la tormenta de nieve. Ese fenómeno también se conoce como viento blanco y se caracteriza porque puede producir una desorientación total allí donde caiga: es imposible visualizar algo en esas condiciones.
La nieve logró dispersarlos, aunque más de trescientos fueron ubicados a pocas horas. El jueves por la tarde se hablaba de cinco muertos y de 115 desaparecidos. Esa misma noche ubicaron a 50 personas, con lo que el número de dispersos quedó en 65. Muy diferente era el cuadro el viernes por la mañana, cuando se informó que los muertos eran cuatro y los desaparecidos 45, un número que al cierre de esta edición había bajado con el hallazgo de 13 cuerpos. Hasta entonces sólo se había encontrado un cadáver, pero se hablaba de cuatro muertos a partir del testimonio de los compañeros que los vieron caer.
El cambio en el número de “aislados”, como los llaman los militares, se atribuyó a que durante la noche del jueves se había logrado un contacto más adecuado con las unidades que participaban del rescate. “Ese es el dato a que hemos llegado después de trabajar toda la noche en corroborar y cotejar información”, explicó en una conferencia de prensa el jefe del Departamento de Comunicaciones del ejército, coronel Carlos Mezzano. Poco más tarde, en la mañana del viernes, se logró ubicar a cuatro soldados con vida en la región, rastrillada palmo a palmo.
Las labores de rescate eran supervisadas por el jefe del ejército chileno, general Juan Emilio Cheyre. Fue él quien salió a bajar el nivel de optimismo sobre los que continuaban perdidos. “Las expectativas, yo creo, a partir de este momento se complican y son bajas. El resto del personal está totalmente a resguardo. En Los Angeles hemos evacuado a un soldado conscripto muerto a las 10.30. Su nombre era José Bustamante. Lo vestí personalmente, con gran dolor. Pero con la seguridad de que no vamos a descansar hasta que el máximo, si tiene vida, salga con vida”, afirmó.
Los familiares de los jóvenes permanecen en la sede del batallón, ubicada en el pueblo más grande de la zona, que se llama Los Angeles. Ayer por la mañana, cuando los jefes militares difundieron las nóminas, fueron increpados por los errores en la información vertida desde la fuerza: uno de los que primero se dio como fallecido apareció luego en una lista de evacuados sanos y salvos.
Víctimas de su desesperación, varios familiares se internaron diez kilómetros en la nieve para tratar de encontrar a sus hijos. Acusan a los militares de no atender a los pronósticos meteorológicos, de no haber tenido en cuenta que llevaban pocos días de instrucción y de no estar capacitados para emprender una incursión en el lugar.
En tanto, la discusión fue tomando el carril de las responsabilidades. Sucede que el ministro de Defensa, Jaime Ravinet, reconoció ayer que sólo una de las tres compañías tenía equipos para tormentas de nieve. Las otras dos sólo contaban con equipos para montaña. El funcionario afirmó que, “si hubo un error, fue bajar del refugio Los Barros con equipos de montaña, cuando había nieve”. Sin embargo, aclaró que hacía décadas que no nevaba en mayo en esa zona. Ravinet anticipó: “Aquí va a haber una investigación y el comandante en jefe está muy consciente de que hay responsabilidades que deben ser precisadas”. En tanto, en la montaña, las temperaturas que llegan a los 20 grados bajo cero inutilizaban sofisticados aparatos de comunicación.