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Durante años se cantó eso de que fumar es un placer genial, sensual. Sin embargo, la mitad de los fumadores argentinos quiere cambiar la letra de la canción y no encuentra el camino ni la compañía profesional efectiva para hacerlo. Según un estudio del Ministerio de Salud y Ambiente, el equipo de salud “no está preparado” para absorber la potencial demanda de personas con la firme voluntad de dejar el cigarrillo. Y de acuerdo al titular del área, Ginés González García, “en la carreras universitarias de Medicina se enseña cómo tratar un cáncer de pulmón, pero no cómo evitar las causales del daño a la salud”, según explicó a Página/12. En este contexto, y en el del Día Mundial sin Tabaco que se celebra hoy, la cartera sanitaria lanzó dos guías contra el tabaquismo, una sobre cómo llevar a cabo un tratamiento para dejar la adicción y otra que busca convertir a los centros sanitarios en lugares libres de humo.
Las estadísticas nacionales son contundentes: 40 mil argentinos mueren cada año debido a enfermedades vinculadas al tabaco. Según un estudio del Ministerio de Salud, el 56 por ciento de los fumadores quiere dejar el hábito y más de un millón está dispuesto a dejarlo inmediatamente. Sin embargo, “sólo la mitad de los médicos cree en la utilidad del consejo para dejar de fumar”. Uno de los orígenes de esta opinión está en los espacios mismos donde se gesta la profesión: “Sólo el 1,7 por ciento de los estudiantes de medicina avanzados conoce lo que es una intervención breve para ayudar a los pacientes a dejar de fumar”, dijo González García.
–¿A qué se debe el grado de desinformación de los profesionales sanitarios respecto de los tratamientos para abandonar la adicción al tabaco?
–Lo que se enseña en las carreras (universitarias) de Medicina es cómo tratar un cáncer de pulmón, pero no cómo evitar las causales del daño a la salud. En un estudio que hicimos, un tercio de los profesionales admitió que nunca tuvo acceso a la información sobre campañas de este tipo; y al 92 por ciento le gustaría saber más y capacitarse sobre un tratamiento. Por eso, el objetivo de estas guías es que aprendan a ayudar, sepan cómo llevar a cabo un tratamiento. Es decir que no sólo enseñarán a curar sino a prevenir, que es lo que no se hace en la Facultad de Medicina.
Las guías clínicas Sobre el Tratamiento de la Adicción al Tabaco y Sobre Hospitales Libres de Humo que se lanzan hoy en el marco de la “Jornada Nacional de Cesación Tabáquica y Hospitales Libres de Humo”, contienen información y recetas para combatir el consumo de cigarrillos, un negocio que da al Estado 2500 millones de pesos anuales, mientras éste gasta 4300 millones en tratamientos de patologías vinculadas al tabaco. Fueron elaboradas por especialistas de distintas ramas y está dirigida a los profesionales de la salud, estudiantes y proveedores de servicios sanitarios, en el marco del Programa Nacional de Control del Tabaco.
Una breve ecuación de la guía Sobre Hospitales Libres de Humo dice que “un hospital libre de humo implica que no está permitido fumar en ningún lugar de la institución, por lo tanto, tampoco están permitidas las áreas para fumar”. Si esto se cumpliera –asegura–, se reduciría en un 30 por ciento la cantidad de cigarrillos consumidos por fumadores, favorecería la cesación del hábito, disminuiría los costos de limpieza y mantenimiento del edificio y aumentaría la productividad laboral. Al menos eso muestran los resultados de campañas similares en Estados Unidos y Europa.
Según González García, “el tema de la cesación de fumar (en los hospitales) nació en los médicos”. De acuerdo con la guía, las claves para la efectividad del plan se asienta en el “compromiso de los directivos” con el proyecto y la creación de un comité multisectorial que defina, implemente y revea la política periódicamente. Lo que no se aconseja es decretar un hospital libre de humo sin consenso ni participación, ni nombrar a un único responsable del programa.
La guía Sobre Tratamiento de la Adicción al Tabaco muestra cómo los profesionales pueden proceder cuando reciben a un paciente que quiere dejar de fumar y, a la vez, cómo ellos mismos pueden dejar de hacerlo. “En los países latinoamericanos, los médicos fuman igual que la población –afirmó el ministro–. Por eso, el corazón de la estrategia es tratar de que el profesional de la salud dé el ejemplo a la sociedad”.
La campaña formaliza un refuerzo lanzado por el ministerio cuando abrió el curso de posgrado en la Facultad de Medicina de la UBA “y del que participarán, de ahora hasta fin de año, unos 8 mil profesionales de la salud de todo el país”, estimó González García. Los cursos se llevan a cabo en los 5800 centros sanitarios de todas las provincias “para que los sanitaristas adquieran la capacidad de elaborar estrategias comunitarias de cesación del hábito” del tabaco, añadió.
El lanzamiento nacional de las guías se hace en la Jefatura de Gabinete, ubicada en Julio A. Roca 782, y se las podrá bajar del portal de Internet www.msal.gov.ar. El lanzamiento será en Capital, pero el trabajo formativo se expandirá a toda la Argentina, país donde el nivel de exposición al humo de tabaco ajeno llega al 67 por ciento en los hogares y al 90 en otros ámbitos.

Informe: Adrián Figueroa Díaz.