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Los chaqueños esperaban este año una explosión en la producción de carbón vegetal, pero no sabían que incluía al “carbón blanco”. Los más de mil kilos de cocaína secuestrados entre mayo y junio en el puerto español de Valencia salieron camuflados entre el carbón procedente de esa provincia y exportado desde el puerto bonaerense de Campana. Ayer, un megaoperativo coordinado por la Justicia Federal de Lomas de Zamora terminó con 44 allanamientos y 24 automóviles secuestrados, 19 de ellos camiones de transporte y vehículos particulares de la provincia de Chaco. Hubo además 16 detenidos, todos ciudadanos argentinos, “de buen pasar”, entre los que hay despachantes de Aduana, un químico y un contador. La causa se investigaba hace más de un año en la Argentina y según se supo los embarques fueron múltiples. La conexión europea de la banda está formada por otros argentinos, buscados intensamente por la Justicia.
La operación “carbón blanco” tuvo su último episodio público el viernes pasado, con el secuestro de 708 kilos de cocaína en el puerto de Valencia. El cargamento procedía del puerto bonaerense de Campana, tal como había ocurrido con un barco de características similares que había llegado a Valencia el 5 de mayo. Tras una pesquisa de cinco días, las autoridades españolas detectaron aquella vez el cargamento en un depósito cercano con otros 300 kilos de cocaína.
Entre uno y otro operativo, los aduaneros españoles dieron el aviso a sus pares argentinos, aunque el barco, la empresa y los trasportistas ya eran blanco de una investigación del juez federal Carlos Ferreira Pella, de Lomas de Zamora. De acuerdo con información de Gendarmería, esa causa se inició hace más de un año, a pedido de las autoridades de un segundo país europeo que detectó y secuestró un tercer cargamento semejante.
La investigación local de la operación “carbón blanco” terminó ayer con las 16 detenciones, siete de ellas en Capital, cinco en el conurbano y cuatro en la provincia de Chaco. De los 24 vehículos secuestrados, cuatro se incautaron en la provincia de Buenos Aires, uno solo en Capital y el resto en Chaco. La localización de los 44 allanamientos fue semejante, pero el operativo incluyó un destino en Salta, donde además se incautó documentación. Bajo las órdenes del juzgado de Lomas, la Gendarmería logró coordinar un grupo de fuerzas especiales para ese megaoperativo. Participaron la SIDE, la Policía Federal, Prefectura y Aduana, aunque el operativo fue monitoreado de cerca también por la DEA norteamericana y agencias de inteligencia europeas que con preocupación están detrás de “los blancos argentinos en sus propios países”, le explicó ayer a este diario el comandante general Aníbal Maiztegui, a cargo de la Dirección Antidrogas de Gendarmería Nacional.
De acuerdo con los primeros datos de la investigación, aunque no se trata de una banda de principiantes, no habría funcionarios públicos entre los detenidos. La banda operaba con la fachada de una empresa de exportación, con nombres de fantasía, cambiados periódicamente. Entre los integrantes había un contador, un químico y uno o dos despachantes de aduana encargados alternativamente de la certificación de peso, cantidad e identidad de los embarques. Todos ellos fueron detenidos.
Aunque se detectó un embarque a Portugal, se supone que España era el destino habitual del supuesto carbón vegetal, una producción en auge en la zona de Chaco, primera productora nacional seguida por Santiago del Estero. Sus 200 mil toneladas de producción anual atraviesan un momento de bonanza con ventas que confluyen en Buenos Aires para abastecer los mercados de España, Italia y Alemania, tal vez alguno de los puertos donde también llegó la droga.
Según explica Maiztegui, “los envíos no eran frecuentes, tal vez en un mes no despachaban nada o no mandaban cocaína en todos los contenedores”. Sin embargo, dice, “de diez contenedores por ahí mandaban uno con cocaína y los otros nueve perfectamente normales”.