SOCIEDAD › EL JUICIO POR EL ASESINATO DE LEANDRO DENEGRI

Cuatro condenas a perpetua

El joven de 22 años fue baleado en 2003, al intentar evitar que lo asaltaran. Los jueces destacaron que los acusados actuaron con “frialdad”. Incidentes con los familiares de los condenados.

Los cuatro acusados por el asesinato de Leandro Denegri, el estudiante de 22 años baleado cuando quiso evitar un asalto en la puerta de su casa, fueron sentenciados a prisión perpetua. El Tribunal Oral Penal IV de Lomas de Zamora se inclinó por el pedido de la fiscalía y la querella, que encuadraron al hecho como un “homicidio criminis causa”. Los defensores de Marta Pacheco, Claudio Ortiz, David Méndez y Maximiliano Tulián habían solicitado que, de condenarlos, fuera por “homicidio en ocasión de robo”, que prevé penas de hasta 25 años de cárcel. Tras la lectura de la decisión hubo algunos incidentes con los familiares de los condenados. Alfredo Denegri, padre de Leandro, contó que recibieron amenazas de muerte para su hijo Lucas, de 17 años, que fue el primero en salir de la casa cuando mataron a su hermano, la noche del 27 de junio de 2003.
La fiscal del juicio, Viviana Suárez, había solicitado prisión perpetua para Ortiz, de 24 años, Méndez, de 18, y Pacheco, de 25. Para Tulián, también de 25, reclamó reclusión perpetua por ser el autor del disparo que mató a Denegri y, además, porque ya había estado en prisión. El abogado querellante, Gustavo Tiemstra, había pedido al tribunal que se condenara a los cuatro a reclusión perpetua por la gravedad del delito.
También está detenido un chico que en 2003 tenía 16 años, por lo que no pasó por este juicio oral. Pero sus declaraciones ante la fiscalía de instrucción lo comprometieron con el asesinato, por lo que ahora se enviará copia del fallo a la Justicia de Menores para que resuelva su situación. Sergio Banchero, uno de los abogados de Denegri, indicó que el chico merece “una sanción ejemplificadora, porque fue partícipe”.
El asesinato ocurrió a la 0.30 en Wilde, cuando empezaba el invierno de 2003. Denegri, estudiante de abogacía, volvía en su Ford Fiesta de visitar a su novia. Según determinaron los jueces, los acusados habían estado “en una esquina tomando cerveza”. Cuando lo abordaron, Leandro intentó escapar dando marcha atrás. Pero la mujer gritó “dale, dale”, lo que fue interpretado como orden de ejecución. El disparo que efectuó Ortiz con una pistola calibre 38 dio en el parante del auto. La 9 milímetros que gatilló Tulián impactó en la cabeza del joven, según los peritajes.
“Todos tenían conocimiento de lo que se iba a hacer y no desconocían las consecuencias. El desenlace final era posible”, dijeron los jueces Guillermo Roque Roberts, Marcos Martínez y Eduardo Banchieri. El fallo resaltó la “frialdad” con que se manejaron e incluso cómo celebraban lo hecho instantes después. El tribunal rechazó considerar como atenuante la “marginalidad” en la que vivía Pacheco, al subrayar que “mucha gente se encuentra en la pobreza y no por eso sale a delinquir”.
Según el abogado Banchero, la mujer acompañaba a los hombres “para llevar las armas y la droga, ya que los policías no la podían revisar”. Las ventajas que pudo haber dado a sus compañeros quedaron sepultadas durante el juicio: ella acusó a los demás e intentó “despegarse”. Pero según los jueces Pacheco “tomó parte de la ejecución del hecho. El permanente cruce de imputaciones de unos a otros nos llevan sin dudar a tener por cierto que han sido los autores de este suceso”, afirmaron.
El 11 de julio de 2003, la policía detuvo en una villa de Wilde a Ortiz –que era empleado del Consejo de la Magistratura provincial– y le secuestró un revólver 38. Allí también detuvieron al adolescente, “Manu”, y a Pacheco. Nueve días luego, fue detenido también en Wilde, Avellaneda, “Cepillo” Tulián, a quien le secuestraron una pistola 9 milímetros y el Fiat 600 con el que fueron hasta Denegri. El 29 de julio de ese año fue apresado en su casa de Wilde “Trapito” Méndez, que intentaba escapar al interior del país.
Ayer, tras la lectura de la sentencia, los familiares de los condenados gritaron que “estos jueces fueron pagados por (Baldomero) ‘Cacho’ Alvarez, no tienen vergüenza”. Entonces fueron sacados por la fuerza de la sala de audiencias, lo que provocó disturbios y rodadas por escaleras, mientras los Denegri celebraban la sentencia. “Esperemos que en el tribunal superior confirme la condena, porque seguramente los defensores apelarán el fallo y recurrirán a Casación”, comentó Banchero, quien evaluó que “la condena quedará efectiva”.

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Marta Pacheco, Claudio Ortiz, David Méndez y Maximiliano Tulián fueron condenados por homicidio.
 
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