SOCIEDAD › CALCULAN QUE UN 30% SON FALSOS: CAMBIARAN TODO EL CIRCULANTE

A trocar los créditos del trueque

CALCULAN QUE UN 30% SON FALSOS: CAMBIARAN TODO EL CIRCULANTE

Una especie de “arbolito” con aires suburbanos y voceo clandestino apareció hace ya unos seis meses en los alrededores de los nodos de trueque dispersos por todo el país. No se dispone a cambiar los estelares dólares de esta economía quebrada sino a especular con la venta de créditos de trueque falsificados. A tal punto han trabajado estos arbolitos alternativos que el fin de semana se desbarató una banda de profesionales dedicados al asunto; y ayer en Mendoza dos hombres fueron pescados en un pueblo mendocino en un Duna blanco y con 1 millón de créditos falsos encima. Frente a lo evidente, los organizadores de la Red Global de Trueque (RGT) anunciaron ayer que en 20 días todo el circulante será cambiado por un nuevo papel con marcas de seguridad. Es que según las estimaciones –difíciles de cuantificar– hasta un 30 por ciento de los créditos que se usan en los 5 mil nodos existentes en el país pueden ser falsos: lo que sumaría 30 millones. Lo que la Red Global no se explica, según le dijo a Página/12 la vocera Patricia Colombres, es la “extraña coincidencia de nuestro reclamo por una ley que regularice el trueque con la falsificación masiva de bonos, que quiebra la confianza de los que apuestan vivir de un intercambio solidario que permita nuevas formas de organización social”.
La sospecha de que circulaba una gran cantidad de créditos falsos se confirmó el último fin de semana cuando una brigada del Departamento de Investigaciones de Fraudes Económicos de la Federal allanó un galpón en San Martín y se encontró con una buena producción de patacones y de tickets de trueque. La pesquisa había comenzado con el rastreo de patacones falsos aparecidos en Morón y el seguimiento de algunos sospechosos con pronturario falsificador. Lo que aún no se podía decir, según los directivos de la RGT, que seguían de cerca la investigación pero estaban impedidos de hablar por el secreto de sumario impuesto por el juez federal Jorge Rodríguez, era que la operación de la banda había sido financiada primero con la elaboración de réplicas casi perfectas de créditos del sistema solidario de intercambio; había en el galpón 168 mil créditos del Plan de Autosuficiencia Regional falsos, más 550 planchas usadas para la duplicación. Con esa base, dijeron los voceros de la Federal, se hicieron de lo necesario para imprimir cinco millones de patacones de primer nivel, aunque nada auténticos.
“En 20 días vamos a tener que reemplazar todos los créditos circulantes con nuevos, que tendrán nuevas medidas de seguridad para hacer más dificultosa y costosa su falsificación”, adelantó ayer Patricia Colombres, vocera de la RGT a Página/12. La agencia Télam señaló ayer que es tan extendida la circulación de créditos “truchos” que se comprobó que en Ciudad Evita, partido de La Matanza, se consigue obtener mediante los arbolitos 25 créditos por siete pesos o patacones. Colombres asegura que se han detectado lugares en los que se cambiaban cincuenta créditos de trueque por tres pesos en patacones. Y que se han hecho ventas de créditos falsos por miles de miles de pesos. El hallazgo de un millón de tickets falsos en manos de dos hombres que serían de la misma banda de San Martín en Desaguadero, un pueblo a 200 kilómetros de Mendoza Capital, no viene más que a confirmar el tamaño de la inyección de falsificados en el pujante y revolucionario sistema de intercambio inaugurado por los clubes de trueque.
¿Cuál es el perjuicio que esta gigantesca maniobra de falsificación significa para los trocadores? Básicamente, según los organizadores, se trata de la pérdida de confianza, construida pacientemente durante los últimos cuatro años por los pioneros de los clubes, justo cuando el crecimiento del número de participantes de la red explotó debido a la crisis económica. “Es impensable que un prosumidor que se esfuerza por cultivar y vender hortalizas se daría a la venta de sus bonos. Y también es dudosa la ganancia que obtendría una banda siendo que grandescantidades no se pueden ubicar. En ese sentido esto parece más una operación política para perjudicar una manera de organización social por fuera de las estructuras políticas que una operación de beneficio económico”. ¿Cómo enfrentarán el desafío de restablecer la confianza entre los trocadores, entonces? En la RGT se piensa en un cambio gradual a partir de la emisión de los nuevos créditos que tendrán varias marcas de seguridad aún no divulgadas. Y mientras tanto la barrera a los falsificados estará en los propios prosumidores y los coordinadores de los nodos de trueque: en la mayoría se conocen entre todos. “Se controlará mucho más y se mirará dos veces”, aseguran.

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Los créditos actuales serán paulatinamente reemplazados por otros con más medidas de seguridad.
 
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