Después del Lear Jet Tango 21 de la Fuerza Aérea Argentina, que se estrelló cerca de La Paz el jueves 9 de marzo provocando la muerte de sus seis tripulantes, ayer un Pucará –también de los aeronáuticos– cayó a tierra en Santa Fe y quedó deshecho. Sus dos tripulantes resultaron ilesos porque lograron eyectarse a tiempo. El accidente se produjo a las 10.14, en la III Brigada Aérea de Reconquista, y la nave era un IA 58 Pucará. Ayer, no por casualidad, la ministra de Defensa, Nilda Garré, ordenó realizar una auditoría externa sobre la totalidad de las naves de las tres fuerzas armadas.

Un comunicado del Ministerio de Defensa indicó que Garré creó un comité que será presidido por su secretario de Planeamiento, Oscar Cuattromo, y será integrado por especialistas aeronáuticos de reconocido prestigio. El fin del comité será realizar una auditoría externa sobre la totalidad de las aeronaves del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea.

También dispuso la creación de una comisión técnica de auditoría que evaluará la calidad de materiales de la Fuerza Aérea, la veracidad de los registros técnicos, el mantenimiento y abastecimiento, y deberá elaborar un informe en no más de 180 días.

Además dispuso que las aeronaves de las tres fuerzas que transporten personal civil, o que sean utilizadas en apoyo a la comunidad y transporte de autoridades, deberán cumplir con los requisitos de seguridad mínimos que se requieren para la aviación civil.