Viernes, 7 de abril de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › LA NACION APORTA 40 MILLONES PARA SALTA, ASOLADA POR LAS CRECIDAS
Elsa, de 68 años, y Francisco, de 72, vivieron 35 años en su casa en la ribera del río Tartagal. Allí criaron a sus siete hijos. La erosión hizo que su casa se partiera en dos y cayera la mitad al río. A unas cuadras de allí queda el colegio donde estudia el hijo de Blanca, que en diciembre tenía a media cuadra hasta el borde del río. Hoy ese margen se encuentra a sesenta centímetros. Para colmo, el pronóstico informa que las lluvias continuarán y aumentó el número de evacuados, que ya son alrededor de 400. En ese contexto, el presidente Néstor Kirchner y el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, firmaron ayer convenios para la realización de obras de emergencia en el norte de la provincia, por un total de 40 millones de pesos. Por fuera de Tartagal, también hubo protestas de los pobladores.
En Tartagal se siguen efectuando trabajos para evitar que siga avanzando la erosión y no llegue al puente carretero. La creciente está bajando lentamente, pero se pronostican tormentas para hoy y mañana.
El miércoles a las 6 de la mañana se cayó la pasarela peatonal. “Mi mamá vivía frente a ese puente y en la madrugada comenzó la evacuación. Mi mamá se resistía a irse”, relató Norma Tarantino, hija de Elsa y Francisco. Nosotros pensábamos que iba a ser algo pasajero, pensamos que después iba a poder volver a su casa”, contó. No será así. Tres habitaciones se cayeron al río.
“La noche anterior al derrumbe yo pasé por la casa y hasta el río había una distancia como del ancho de una calle, pero a la medianoche comenzó a llover persistentemente”, se lamentó. El agua ya derrumbó 60 viviendas y otras 90 están en peligro.
Elsa y Fancisco están refugiados en un sindicato, con las pocas cosas que lograron sacar de su casa. “Allí los están asistiendo, una vecina les presta el baño. Los funcionarios les prometen, les dicen que estén tranquilos, que seguro les darán otra vivienda.”
En diciembre “comenzó este problema con el aislamiento por el derrumbe del puente carretero de río Seco y se fueron suscitando estas situaciones”, relató Norma. Para su familia, “lo que pasó supera lo que uno se imagina, es una situación muy triste. Duele ver la casa destruida, parece zona de guerra”.
Blanca Katsinis es propietaria del Hotel Trópico, a cinco cuadras del río. “Hoy (por ayer) nos dio una tregua el tiempo”, señaló a este diario. En el colegio adonde van sus hijos, “la tapia de un jardín está a 60 centímetros del margen del río cuando en diciembre estaba a media cuadra. Ahora están suspendidas las clases por seguridad”, señaló.
Esta vecina resaltó que “hay gran presencia de funcionarios en la zona, pero lamentablemente no saben organizarse. Hoy (por ayer) a las 19 habrá una pueblada, para que la ayuda se haga en serio y en forma transparente”.
En la mañana de ayer, el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, deslindó responsabilidad en el municipio de Tartagal, por el “descuido” en la realización de obras para prevenir el desborde del río. “Estimo que en el municipio habrán habido otras prioridades, en estos 20 años que tiene la obra del río Tartagal. Es posible que no haya previsto lluvias extraordinarias que pusieran en riesgo la obra”, sostuvo Romero, durante una conferencia de prensa en la Casa Rosada. También argumentó que Salta es un provincia “pobre” y “falta de recursos” para afrontar inversiones en infraestructura.
Las obras que se efectuarán tendrán un costo de 40,7 millones de pesos y consistirán en el control de erosión y estabilización del cauce del río Tartagal, la construcción de defensas contra la erosión hídrica en los barrios Mosconi y Vespucio, y la relocalización de viviendas, entre otras. También se les otorgará viviendas en complejos habitacionales ya en construcción a las 50 familias que perdieron sus casas. Ayer se entregaron las primeras 15.
Las obras se realizarán en los municipios de Tartagal, General Mosconi, Aguaray y Salvador Mazza. Los trabajos comenzarán una vez que concluyan las lluvias y demandarán “unos ocho o nueve meses”.Por otro lado, vecinos de Yariguarenda, 15 kilómetros al norte de Tartagal, cortaron ayer en forma parcial la Ruta Nacional 34 en reclamo de obras de contención para prevenir catástrofes como la de Tartagal. También en la llamada Quebrada de Pocitos, extremo norte de la provincia, los pobladores protestaron en la misma ladera del río con pancartas que decían “nosotros también somos Argentina, el país no termina en Tartagal”.
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