SOCIEDAD › DOS CHICOS MURIERON QUEMADOS EN EL INCENDIO DE UN REFUGIO

Madrugada de horror en el hogar

El lugar es del gobierno porteño. El fuego se inició por una estufa. Los otros nueve chicos y dos cuidadores lograron escapar.

El fuego brotó en la oscuridad y se expandió por el revestimiento de madera, en las paredes del cuarto. En pocos minutos, el incendio arrasó la casa de dos plantas que funcionaba como hogar de tránsito para chicos de la calle, dependiente del gobierno porteño, en el barrio de Villa Crespo. Nueve chicos lograron escapar, con la ayuda de los dos cuidadores que pasaban la noche con ellos. Pero otros dos, uno de diez años, el otro de catorce, fallecieron, atrapados por el fuego. Aunque todavía no se conoce el resultado final de las pericias, se estima que las llamas se iniciaron en una estufa de gas que estaba encendida en una de las habitaciones. Según los vecinos, los bomberos llegaron media hora después de iniciado el incendio, cuando los sobrevivientes estaban afuera y ya no se podía hacer nada para salvar a los que habían quedado adentro. En tanto, desde la Superintendencia de Bomberos aseguraron que el lugar no había gestionado el servicio de inspección contra incendio que el cuerpo brinda a geriátricos, hoteles y locales bailables. La Defensoría del Pueblo porteña inició una actuación para determinar si existieron responsabilidades oficiales en la tragedia.
Todo comenzó a las 5.45 en uno de los dormitorios del Hogar Piedra Libre, ubicado en Carranza 1260, a metros de la avenida Córdoba al 5700. En ese cuarto dormían cinco de los once chicos que habitaban en el lugar, junto a uno de los cuidadores. El fuego se inició en una estufa de tiro balanceado, que estaba encendida.
“Por los relatos de los cuidadores, una sábana habría caído sobre la estufa. Como las paredes están revestidas de madera, el fuego se propagó con rapidez”, dijo a Página/12 la secretaria de Desarrollo Social del gobierno porteño, Gabriela González Gass, bajo cuya órbita se encuentran los hogares para chicos de la calle de la ciudad.
La directora de Niñez, Sara Cánepa, responsable de los hogares, explicó a este diario que “mientras uno de los cuidadores intentaba rescatar a los chicos, el otro se ocupó de llamar a los bomberos”. Por ese motivo, explicó la funcionaria, ninguno de ellos intentó controlar el incendio con el matafuegos que, aseguró, estaba en el lugar. Voceros de la División Bomberos de la Policía Federal deslizaron, en cambio, que el hogar no habría contado con este equipamiento contra incendios. La secretaria González Gass prefirió no pronunciarse al respecto: “Existe una controversia sobre ese punto”, admitió.
Los bomberos llegaron al lugar recién a las 6.20, más de media hora después de iniciado el fuego. Esta demora generó quejas por parte de vecinos y funcionarios del gobierno porteño. Pero desde el Departamento Central de la Federal, el comisario Alfredo Mastropietro, jefe de la Central de Alarma de Bomberos, aseguró que la llamada desde el Comando Radioeléctrico se recibió recién a las 6.15.
Controversias al margen, lo cierto es que nueve de los once chicos pudieron escapar del fuego, rompiendo los vidrios para salir hacia un patio y trepar hacia una terraza vecina. También salieron los dos cuidadores, uno de los cuales sufrió quemaduras en un brazo. Todos fueron trasladados en una ambulancia del SAME hasta el Hospital Tornú, donde fueron atendidos porque presentaban signos de asfixia.
Cuando los bomberos lograron controlar las llamas y entraron al lugar, encontraron los cuerpos de dos chicos carbonizados: Luis, de 14 años, y Eduardo Nahuel, de 10. Los dos cargaban con historias marcadas por traumas familiares. El primero había abandonado su casa, en Ezeiza, y vivió en la calle hasta que fue reclutado por operadores del gobierno porteño, quienes lo incorporaron al programa. Hace poco había retomado el contacto con su familia y estaba en vías de reconciliación. El más chico llegó desde La Matanza, junto con uno de sus hermanos, después de que se les quemara la casilla donde vivían.
El hogar Piedra Libre fue inaugurado en 1999. Es una casa de dos pisos, con dos dormitorios grandes y uno más chico, que ocupaban dos nenas. “Es un lugar de puertas abiertas, donde los chicos duermen, y durante el díarealizan talleres y otras actividades. Algunos van a la escuela. Pueden salir, pero lo hacen acompañados por un adulto”, explicó González Gass.
Los sobrevivientes, después de ser atendidos en el Tornú, fueron derivados al otro hogar del gobierno porteño, El Andamio, ubicado en el barrio de Flores, donde ahora se albergan 21 chicos.
El defensor adjunto del pueblo, Gustavo Lesbegueris, inició un actuación para determinar “si existieron responsabilidades de funcionarios en el hecho”. En la Legislatura presentaron pedidos en igual sentido los diputados Jorge Enríquez, Víctor Santa María y Silvia Gottero. La palabra final la darán las pericias y la investigación judicial.

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El hogar Piedra Libre está ubicado en Carranza 1260, en Villa Crespo, y fue inaugurado en 1999.
Los bomberos de la Policía Federal aseguran que no tenía las inspecciones contra incendios.
 
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