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A menos que la prevención y los tratamientos se expandan ampliamente, 68 millones de personas podrían morir de sida en las próximas dos décadas en los 45 países más infectados. La aterradora proyección forma parte del estudio que dio a conocer ayer la ONU. Contra las teorías que sostienen que la epidemia del sida podría haberse estabilizado, el organismo sostiene que “continúa y se expande incluso en países que ya tienen una alta incidencia de sida”.
El informe de la Organización de la Naciones Unidas para el Sida (Onusida), que será presentado en la conferencia internacional que se reunirá en Barcelona, dice que la epidemia está aún en una fase temprana y que la infección de VIH está aumentando “más de lo que antes se creía posible en los países más afectados”. También señala que la enfermedad se está difundiendo rápidamente en nuevas poblaciones de Africa, Asia, el Caribe y Europa del Este. En los países del sur de Africa, por ejemplo, la mitad de las nuevas madres podría morir de sida y en Sudáfrica, cuando la epidemia alcance su máximo, habrá 17 veces más muertes de personas de entre 15 y 34 años que las que habría sin la enfermedad.
El informe señala que unos seis millones de personas en los países en desarrollo necesitan terapia con drogas retrovirales, pero que sólo 230.000 la recibían a fines de 2001. Esta situación es particularmente grave en Africa, donde sólo 30.000 de los 28,5 millones de infectados obtienen las drogas. Actualmente, más de 40 millones de personas en el mundo están infectadas con sida.
A su vez Unicef indicó en un estudio separado que la “gran mayoría” de los jóvenes de entre 15 y 24 años no tienen ninguna idea sobre cómo se transmite el sida ni cómo protegerse del mismo. Ese sector está en el centro de la epidemia mundial, pero según Unicef las estrategias gubernamentales generalmente lo desatienden. Por eso, la mitad de la población de esa edad en 60 países tiene “serios errores de concepto” sobre cómo se transmite el sida, y la proporción de jóvenes que sabe cómo protegerse es de sólo el 20 por ciento.
Sobre la región de América Latina y el Caribe, Onusida sostiene que existe el peligro de que la epidemia de sida, ya bien instalada, “se propague de forma rápida y extensa en ausencia de respuestas eficaces”. En la región unos dos millones de personas viven con el virus VIH y 200.000 de ellas se contagiaron en 2001. “La 100.000 defunciones por sida que se estima se produjeron en 2001 ha incrementado aún más el número de niños huérfanos a causa de la epidemia. En América Latina viven unos 330.000 huérfanos (130.000 de ellos en Brasil), y en el Caribe 250.000 (200.000 de ellos en Haití)”, dice el estudio.
La conclusión del organismo es dura: “Si los esfuerzos por expandir la prevención y los tratamientos no crecen drásticamente, 68 millones de personas morirán de sida en los 45 países más afectados entre 2000 y 2020, más de cinco veces más que los 13 millones de muertes registradas en las dos décadas anteriores”.