Martes, 21 de noviembre de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › NUEVAS AMENAZAS Y PEDIDOS DE PROTECCION EN SALTA
Tras la investigación de Página/12 sobre narcos y política en Salta, una diputada del PJ admite la gravedad de la situación.
Por Cristian Alarcón
“Nosotros nos sentimos en peligro. Por eso pensamos pedirle al ministro del Interior, Aníbal Fernández, con quien ya estuvimos reunidos en Buenos Aires, que sea la Nación la que nos garantice la mínima seguridad para poder seguir en nuestras tierras.” El pedido de Jesús Ledesma llegó tras un fin de semana de amenazas y después de la investigación publicada por Página/12 en la que se describe el clima de terror en el que viven los productores de Pocitos tras el crimen de Liliana Ledesma, la mujer que había señalado al ex diputado Ernesto Aparicio como narcotraficante.
“La verdad es que no tenemos seguridad, y si quieren nos entran a las casas o nos esperan en cualquier esquina. Sería bueno que el gobierno nacional nos dé seguridad”, dijo uno de los líderes de la Asociación de Productores de Madrejones y compañero de Ledesma en los reclamos por los caminos de la frontera. La última de las amenazas recibidas por los campesinos y los periodistas salteños que se han ocupado del caso llegó por e-mail. “Les vamos a volar la tapa de los sesos”, les mandan a decir sin metáforas los aludidos.
En la provincia de Juan Carlos Romero, el diario que le responde, El Tribuno, publicó ayer además novedades preocupantes sobre la frontera. En un nuevo allanamiento a la finca de los hermanos Delfín y Raúl Castedo, a 20 kilómetros de Pocitos, y a sólo dos del límite con Bolivia, la Brigada de la Policía Salteña volvió a encontrar armas de guerra. Para los investigadores que caminan esa frontera en las fincas “se están armando” y esto implica una certeza: o es para atacar a los productores que defienden el paso por los caminos que las atraviesan, o es para resistir algún operativo. Lo cierto es que la policía encontró una escopeta calibre 20, una pistola calibre 32 y un revólver Magnum 357. Los policías salteños aseguran que los peones les dijeron que a las armas se las dieron los Castedo y consideran que también cruzan por la frontera con Bolivia. Se espera que esta semana continúen los allanamientos en las casas de los hombres que rodean a los Castedo en sus trabajos en la frontera. Y tanto policías como funcionarios judiciales son optimistas: creen que los hermanos, amigos del ex diputado Ernesto Aparicio, acusados de ser los autores intelectuales del homicidio de Liliana Ledesma, están prófugos dentro del país y que serán atrapados.
“Nosotros vivimos esto como una situación muy grave y preocupante. Sabemos que hay muchísimas denuncias sobre tráfico de drogas, contrabando y problemas de seguridad serios para los productores y los familiares de Liliana Ledesma”, reconoció a Página/12 la diputada del PJ salteño Nora Giménez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura de Salta. El escándalo político que desató el crimen de la productora golpeó fuerte sobre el gobierno provincial, que sacrificó a uno de sus hombres fuertes, el ahora ex diputado Aparicio, aceptándole una renuncia aconsejada por el poder provincial. Aparicio está sospechado por la familia de Ledesma de ser también él uno de los que encargó la muerte de Liliana, que fue callada a cuchillazos por dos hombres el 21 de septiembre: uno de los acusados directos es Ceferino Tárraga, el cuñado de Aparicio, y Lino Moreno, otro joven de la zona. Ceferino, conocido como Any, no es, como informó este diario ayer, yerno del ex diputado. Está casado con Gabriela Aparicio, hermana de el Gordo o Mamila, como lo conocen en Salta. Gabriela es otra de las detenidas. Fue ella quien pasó a buscar por su pequeño negocio de venta de huevos a Liliana Ledesma, para conducirla hacia la pasarela sobre la quebrada de Huandacarenda, donde la mataron.
“Tenemos cinco denuncias de asesinato en la zona de influencia de Salvador Mazza. Hemos podido comprobar la situación de impunidad de la zona. Sabemos que corren peligro”, le dijo a Página/12 la diputada Giménez. Quizá como muestra baste una parte del largo texto de amenaza que, en el mismo tono que usan los Castedo para comunicarse en las conversaciones telefónicas, fue escrito a los periodistas de FM Noticias y El Nuevo Diario, los dos medios independientes que han denunciado la situación en la frontera: “Marta Sesar, pa vo tenemo lo mejor de todo. Te vamoa hace mierda. Vo detapaste todo asi que está hasta la bola vo y tu hermana la diputada (kirchnerista Nora César). Le vamo a vola lo seso a todos entende? Siguen lo del diario chiquito (El Nuevo Diario), a eso lo vamo a liquidá uno por uno y le vamo a quemar el diario”.
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