Fue condenado a veinte años de cárcel un mecánico que, hace un año, quemó vivo a un hombre en situación de calle, al incendiar deliberadamente el auto donde dormía, en el barrio porteño de Mataderos. “Son todos delincuentes: los voy a matar a todos”, había dicho, después de arrojarle nafta y prenderle fuego con un encendedor.

El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7, integrado por Daniel Morín, Juan Facundo Giudice Bravo y Gustavo Valle, dictó la sentencia por homicidio simple contra Diego Adrián de la Reta, mecánico, de 29 años, por mayoría; Ciruzzi, en disidencia parcial, había solicitado prisión perpetua, por entender que se trataba de homicidio agravado por alevosía.

En la madrugada del 1º de junio del año pasado, Julio César Barco dormía, como solía hacerlo, en un Chevrolet Monza abandonado, en la esquina de Eva Perón y Pola. Era conocido en el barrio, los vecinos lo saludaban; “Charly”, le decían. La noche era fría, y el sin techo se había tapado con mantas y papeles, también tenía cartones en el auto.

Según dio por probado el tribunal, De la Reta “dio inicio a un fuego, con dos focos diferenciados que se desplegaron por sobre la parte externa e interna del vehículo Chevrolet Monza”. Barco salió del auto envuelto en llamas. Fue internado con quemaduras gravísimas en el 40 por ciento del cuerpo y, luego de tres días de agonía, falleció.

Dos policías de la seccional 48 que patrullaban la zona fueron testigos y recogieron de la vereda el encendedor que había utilizado De la Reta para el crimen. “Son todos delincuentes. Los voy a matar a todos. Le tiré nafta y le prendí fuego”, dijo en ese momento a los policías, aunque en el juicio lo negó. Según las pericias psicológicas, si bien De la Reta tendría “rasgos paranoides y precario manejo de sus impulsos”, está en condiciones “de comprender la criminalidad de sus actos y dirigir sus acciones”; los peritos también lo consideraron “un simulador”.