SOCIEDAD › YA HAY CINCO MUERTOS EN EE.UU. POR EL VIRUS DEL NILO
La maldición de los faraones
El mal llegó a EE.UU. desde Medio Oriente en las aves. Y se transmite por un mosquito. Creen que en Argentina también hay casos.
Por Pedro Lipcovich
Llegan a 113 los casos comprobados de fiebre del Nilo en Estados Unidos, con cinco muertos en lo que va del año. Es el mayor brote epidémico en ese país. La enfermedad, originaria de Medio Oriente, llegó a Norteamérica en 1999, cuando causó siete muertos en Nueva York. El virus que la causa se aloja en distintas especies de pájaros y se transmite por picadura de mosquitos. En la Argentina, “es muy probable que haya casos de fiebre del Nilo, porque muchas especies de aves migran desde Norteamérica y porque el mosquito que la transmite es el más habitual en nuestras ciudades. Si no se detectó la enfermedad es por falta de un sistema de vigilancia”, afirman especialistas. En la mayoría de los casos, la enfermedad sólo produce síntomas parecidos a los de una gripe pero algunas veces, especialmente en personas de edad, causa encefalitis, que requiere internación y puede llevar a la muerte.
El afectado número 113 es un hombre de 55 años que vive en Washington. Se lo considera en una categoría “de alto riesgo” porque está siendo tratado por leucemia, o sea que su sistema inmunológico ya venía debilitado cuando tuvo la mala suerte de que lo picara un mosquito con el virus del Nilo. Las cinco víctimas fatales de este año se produjeron en el estado de Lousiana, donde se registraron hasta ahora 71 casos; se anotan también 22 en Mississippi, 10 en Texas y el resto distribuido en otros estados. La enfermedad va avanzando desde el este hacia el oeste y el sur de Estados Unidos.
Las autoridades emprendieron tareas de fumigación para reducir la cantidad de mosquitos en las regiones afectadas, y recomendaron a la población, para evitar picaduras, no salir al aire libre en el atardecer y primeras horas de la noche, usar mangas largas y repelentes de insectos.
El virus del Nilo fue aislado por primera vez en 1937, en Uganda. Hasta 1999 sólo se lo había detectado en el hemisferio oriental, pero ese año apareció en Nueva York, en una variedad similar a la que prevalece en Medio Oriente: la teoría dominante es que fue transportado a través del océano por aves migratorias, pero no se descarta que haya sido traído por un mosquito a bordo de una aeronave comercial. En 1999 se registraron 62 casos, con siete muertes; bajaron a 21 en 2000, con dos fallecimientos; se elevaron a 66 en 2001, con nueve muertes.
En realidad, los casos registrados son sólo los de “enfermedad severa”, que ataca al uno por ciento de las personas infectadas. Entre los casos severos la mortalidad oscila entre el 3 y el 15 por ciento, en su mayoría personas mayores de 50 años, especialmente por encima de 65 o con su sistema inmunitario comprometido. En estos casos (tras una incubación de 3 a 15 días desde la picadura), la persona puede sufrir fiebre alta, temblores, convulsiones, desorientación y otros síntomas de la encefalitis. Pero la mayoría de las veces la enfermedad del Nilo pasa inadvertida porque sus síntomas se confunden con los de una gripe y desaparece sin dejar secuelas.
Por lo menos 103 especies de pájaros pueden portar el virus, en la mayoría de los casos sin llegar a enfermar. No transmiten directamente la enfermedad: es necesario que un mosquito succione la sangre de un pájaro infectado y pique a otro pájaro, o, eventualmente, a una persona. No hay transmisión de persona a persona.
En la Argentina, “es muy posible que el virus del Nilo ya haya llegado –afirmó Nicolás Schweigman, director del grupo de estudio de mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA–: hay distintas especies de aves que migran de Estados Unidos hasta nuestro país, y el mosquito transmisor es el Culex Pipiens, el mismo que hay en nuestras casas”. También Nicolás Seijo, jefe de zoonosis del Hospital Muñiz y director de la Comisión de Estudio de Patologías Regionales, estimó “probable que esta enfermedad exista ya en la Argentina. Muchos pájaros, desde golondrinas hasta cisnes, migran a Estados Unidos”. Schweigman, además, observó que la “encefalitis de Saint Louis, también transmitida por mosquitos, es endémica en la Argentina, con casos mortales, y se ha extendido la encefalitis equina, transmisible al hombre por la misma vía”.
El investigador de la UBA observó que en el país “se había iniciado un relevamiento de aves, con participación del Instituto Pasteur y de instituciones de distintas provincias, pero quedó trunco por falta de fondos. Convendría establecer un sistema de monitoreo, y también montar un laboratorio de búsqueda de virus en insectos a nivel general”. Seijo también estimó conveniente “un monitoreo sistemático, lo cual permitiría tomar medidas en caso de que aparezca un brote epidémico como en Estados Unidos”.