Un hombre de 23 años que debía cumplir prisión domiciliaria tras ser condenado por dos violaciones fue detenido y procesado bajo la sospecha de haber cometido al menos cinco nuevos abusos sexuales. Pese a que el acusado fue arrestado el pasado 11 de junio y poco después quedó imputado por la Justicia, recién ayer se conoció el caso.

Según fuentes judiciales, el acusado había sido condenado en 2004 a siete años de prisión por dos violaciones, pero como la pena no quedó firme, al poco tiempo el Juzgado de Garantías 4 de Morón le concedió la prisión domiciliaria. Ahora se lo acusa de haber cometido cinco nuevos abusos sexuales durante ese período.

Los investigadores identificaron un patrón en su modo de operar: a bordo de una motocicleta, perseguía a estudiantes secundarias de los barrios porteños de Liniers, Villa Devoto y Villa Luro, las amenazaba con un elemento filoso, las abrazaba y las hacía simular que eran sus novias. Luego las llevaba a algún descampado y las sometía vaginal y analmente.

“Robo porque mi mamá está enferma y necesito comprarle remedios”, les decía a las chicas mientras les sacaba dinero, celulares, reproductores de MP3, discman y otros objetos de valor. Luego abusaba de ellas. Dos de sus víctimas concurrían al colegio privado San Pío X, de Mataderos.

Durante uno de esos episodios, una testigo vio la chapa patente de su moto cuando escapaba del lugar donde había violado a una chica de 14 años, en Liniers. Gracias a ese dato, fue hallado y detenido en un taller mecánico ubicado en avenida Caseros al 3500.

El juez de instrucción Rodolfo Cresseri lo procesó por cinco abusos sexuales agravados, luego de que cinco chicas lo reconocieran en rueda de testigos y de que su ADN coincidiera con el de los rastros de semen encontrados durante los análisis a las víctimas.