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A casi un año de la lluvia que provocó estragos en el barrio de Belgrano, el gobierno porteño inaugura hoy la segunda etapa del aliviador del arroyo Vega, un tramo de 700 metros que mejorará en un 30 por ciento la absorción de agua sobre la calle Blanco Encalada, la más afectada cuando las lluvias son muy intensas. “El resto del aliviador, unos 1300 metros, serán construidos durante este año”, adelantó el secretario de Obras y Servicios Públicos, Abel Fatala.
La obra, que finalizó el 20 de diciembre, permite la conexión del conducto aliviador, construido bajo la calle Monroe, con el arroyo Vega, que corre debajo de Blanco Encalada. El recorrido del nuevo tramo va desde Arribeños hasta el Río de la Plata. El conducto tiene 3 metros de ancho por 4,5 de profundidad.
Los trabajos se encontraban paralizados el 24 de enero de 2001 –cuando una lluvia record inundó Buenos Aires– debido a la gran cantidad de interferencias (caños de gas, agua corriente y energía eléctrica) que era necesario remover y que no habían sido contempladas en el plan de obra original.
“Estos trabajos, junto a la limpieza de sumideros y a otras obras más pequeñas, permitieron que durante el 2001 no hubiera grandes problemas pese a la cantidad de agua que cayó”, destacó Fatala.