Martes, 20 de noviembre de 2007 | Hoy
SOCIEDAD › UN FUNCIONARIO JUDICIAL, SU ESPOSA Y SU HIJO ASESINADOS
Miguel Bressán, secretario del juzgado 2 de Concordia, Entre Ríos, su esposa Silvia Taleb y su hijo de 2 años fueron baleados en una casa de campo. Un hijo de Bressán declaró como testigo.
Por Horacio Cecchi
Llevará tiempo a los 150 mil habitantes de Concordia digerir las escenas del triple crimen de Colonia Yeruá, escenas que se fueron dibujando en la imaginación entre el runrún y el boca a boca, hasta conformar versiones que sorprenden por su puntillosa obsesión descriptiva. Allí estaban, entonces, en la casona del campo de 250 hectáreas, los cuerpos del secretario del Juzgado de Instrucción 2 local, Miguel Bressán; de su esposa, Silvia Taleb, auxiliar de justicia; y de su pequeño hijo Facundo, de casi 2 años; baleados y en posiciones diversas según se tratara la versión. En el medio y en este orden, se habló de robo (porque es lo primero en estos casos), de suicidio, de venganza mafiosa, de vendetta por algún caso que llevó el juzgado 2, de drama familiar y de asesinato pasional, cada una de ellas. versiones con una pizca imposible de certeza absoluta, pero cada una agregando detalles, como si esos tres cuerpos fueran capaces de seguir muriendo de nuevas motivaciones. Entretanto, el carácter de funcionario judicial de Bressán provocó que el Supremo Tribunal provincial dispusiera que los mejores investigadores de Paraná rastrillaran la casona de Colonia Yeruá. En Concordia, en pleno centro de la ciudad y a cien metros de la terminal, apareció la 4x4 Ranger de Bressán. Hasta anoche, el runrún intentaba afilarse sobre un hijo del secretario judicial, de 17 años, aunque el chico se había presentado espontáneamente ante el juez para testimoniar y se había retirado del juzgado sin más.
Los cuerpos de Bressán, Taleb y el pequeño Facundo fueron descubiertos por un policía del destacamento de Colonia Yeruá, ayer alrededor de las 11 de la mañana, luego de que en el juzgado 2 de Alejandro Garay llamara la atención su ausencia. “Lo buscaron primero en su casa en Concordia y, como no contestaban allí, se envió un mensaje al destacamento para que los ubicara en el campo que los Bressán tienen en Colonia Yeruá”, dijo a este diario un funcionario policial de Paraná.
Colonia Yeruá se encuentra a unos 25 kilómetros al sur de Concordia, y hacia dentro de la provincia, primero por la Ruta nacional 14 hasta el kilómetro 244, donde se toma el camino vecinal de ripio hasta la casona. Colonia Yeruá no tiene casco urbano, sino que las casas están desperdigadas en cada campo, como suelen estarlo en una colonia.
El policía encontró la tranquera del campo cerrada y, en el interior de la casona, los cuerpos acribillados de la pareja y el chiquito. No hubo coincidencia en la cantidad de disparos ni en la posición. Cada versión con lo suyo. Una sostenía que el matrimonio recibió cuatro disparos por la espalda cada uno. No estaba claro si el pequeño, un poco más allá, había sido baleado con los mismos proyectiles que atravesaron a sus padres. El juez que tomó el caso, Maximiliano Benítez, ordenó que los cuerpos fueran trasladados a la morgue de la localidad de Oro Verde, en las afueras de Paraná, para ser peritados. Dentro de la vivienda, una casona antigua y algo deteriorada, los investigadores hallaron una carabina, posiblemente calibre 22, sobre la que se realizarán pericias para determinar si fue el arma utilizada en el triple crimen.
La camioneta de Bressán, una 4x4 Ranger, fue hallada sobre la calle La Rioja al 1200, de Concordia, y a una cuadra de la terminal de micros de esa ciudad. Aparentemente, dentro no había rastros del crimen. Hasta anoche se intentaba averiguar cuándo había sido abandonada en ese lugar.
La muerte de Bressán trajo a la memoria que el juzgado donde trabajaba como secretario, el 2 de instrucción, a cargo de Alejandro Garay, había sido advertido, según los pasillos tribunalicios locales, por la Corte provincial porque al simple pedido de la policía firmaba órdenes de allanamiento sin verificar si correspondían. También, se recordó que había liberado a tres policías acusados por el crimen del bebé Milton Esquivel, de nueve meses. Después, las versiones se ensañaron con un chico de 17 años, hijo de Bressán con otra mujer, que ayudaba a su padre en las tareas del campo. El chico se presentó asistido por un abogado a testimoniar ante el juez y se retiró a su casa.
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