SOCIEDAD
Separados por un eterno trámite
Sabido es que con la decisión de irse no basta. Sea de donde fuere, la burocracia, rebautizada por las ciencias sociales como la “jaula de hierro” de la que una vez inmerso no se puede salir, se encarga de colocar infinitas escalas en el viaje. Un ejemplo es el caso de Damián, de 28 años, licenciado en sociología y desocupado.
Damián está recién casado con una joven holandesa a quien, una vez finalizada su luna de miel en St. Maarten, debió abandonar, ya que ella tuvo que volver a su trabajo en Holanda y él tiene prohibido el ingreso a aquel país “a menos que quiera echar por tierra mis posibilidades de obtener la residencia”, comenta. Hace siete meses, Damián inició el trámite para obtener el MVV, un permiso de residencia provisorio que permite establecerse por un año en aquel país para recién allí intentar conseguir la visa permanente. En teoría demora entre tres y seis meses, pero a Damián parece retrasársele constantemente. Cada vez que su esposa llama al Departamento de Policía de Extranjeros holandés, obtiene una respuesta más que argentina: “Estamos con mucho trabajo y poco personal. Tendrá que esperar un tiempo más”.
A pesar de la angustia, Damián no se cansa de recalcar que el trato recibido en la embajada de Holanda es “excelente”. “Se preocupan por mi caso y se sorprenden de los obstáculos que aparecen”, asegura. Ahora, un abogado les aseguró que si todo sale como cree, en un mes y medio Damián y su esposa estarán juntos nuevamente. Ellos esperan.