“Siempre debe pensarse en endometriosis cuando una adolescente presenta dolor menstrual intenso, especialmente si es premenstrual, de progresiva intensificación a lo largo de los años”, advirtió el ginecólogo Edgardo Rolla, directivo de la Sociedad Argentina de Endometriosis. El dolor durante las relaciones sexuales, a veces sólo en algunas y determinadas postura, es otro signo que puede alertar acerca de la enfermedad. También el dolor pelviano agudo y permanente, la constipación severa, y el deseo de orinar permanentemente (en ausencia de infección urinaria), pero generalmente estos son síntomas que corresponden a cuadros más avanzados de la enfermedad.
Según explicó Rolla, una forma de prevenirla es usar anticonceptivos hormonales durante largos períodos de tiempo si se va a postergar la búsqueda de un embarazo hasta más allá de los 30 años. “La toma de anticonceptivos orales sin interrupciones desde la adolescencia hasta la cuarta década de la vida está asociada a una baja incidencia de trastornos de la fertilidad entre esas usuarias”, señaló Rolla.
El especialista indicó que diversos estudios vinculan a contaminantes ambientales como las dioxinas y los policlorobencenos (PCB) con una mayor incidencia de endometriosis. “No existe consenso, pero se trataría de una enfermedad de las grandes ciudades, que afectaría en mayor proporción a las mujeres de clases medias y altas. Esto, quizás, porque el embarazo temprano tendría un efecto protector sobre el desarrollo de la enfermedad y es más frecuente en los sectores más carenciados”, agregó.
Para más información, pueden recurrir a las siguientes entidades:
u Endometriosis Group (
[email protected]; www.
endometriosisgroup.com.ar)
u Asociación para el Conocimiento de la Endometriosis (154-412-5039;
[email protected])
u Sociedad Argentina de Endometrosis (
[email protected])