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Mientras Máxima avanza hacia su boda real sorteando escollos, los preparativos del festejo de los nederlanders toma por asalto el nombre y las propias formas de la ya casi lady Max. Ya no son los perfumes o las marcas de ropa con el nombre de la joven Zorreguieta: también su rostro aparece dibujado por el furor de la maximanía sobre unas pequeñas y crocantes albóndigas de carne, una comida popular en los Países Bajos. Los preparativos para el festejo del próximo sábado incluyen un impresionante dispositivo de seguridad.
No es novedad que las marcas de productos corran detrás del delirio idólatra de los pueblos. Le ha pasado a lady Di. Incluso a Gabriela Sabatini. Pero lo que ocurre con lady Max en Holanda sale de toda comparación anterior, y da el tono de cómo se está viviendo el clima prenupcial especialmente en Amsterdam. Además de infinidad de sitios www en la red de redes, dedicadas a felicitar, curiosear sobre su vida, o sobre sus últimos momentos, el rostro de Máxima ya es una impronta en galletas, tortas, jabones, puzzles, chocolates, vidrieras. Para dar idea del impacto en el pueblo holandés, hasta unas pequeñas croquetas de carne, plato básico flamenco llevarán la forma de lady Max, y desde ahora, su nombre. Del mismo modo, el Magna Shopping de Amsterdam, uno de los paseos comerciales más elegantes, pasó a llamarse Maxima Center, y la cadena C&A modificó su nombre por el de W&M.
No la Maximanía, sino manías de Maxi aparecerán incluso durante las mismas y cuidadosamente reguladas nupcias reales: lady Max interrumpirá los formalismos protocolares para hacer una llamada telefónica. Durante un tiempo que ella decidirá, podrá mantener una conversación en directo con Argentina, después de levantar el tubo y anunciarse: “Hola, ¿papi?”.