SOCIEDAD › POR QUE PAOLO FLORES D’ARCAIS
Un pintor y político
Por Sol Alameda*
En su país le denominan filósofo del desencanto y político del rigor civil, virtudes que ha llevado a Micromega, la revista de la que es director. Tiene 58 años, habla sin pelos en la lengua, y piensa que la ética no es algo diferente de la política sino que política y ética forman un magma del que ambas se nutren. Hace cuatro años se puso a pintar. Pinta en sus ratos libres unas figuras en colores vivos, fragmentadas y retorcidas, poco acordes con sus maneras suaves y su amable sonrisa, con las zapatillas que esperan en un rincón del despacho. “Se me acusa”, dice, “de ser extremista en las polémicas, pero yo, en cambio, creo que soy como usted dice, bastante sereno y tranquilo. Y moderado”. De la política, también dice ocuparse sólo en los ratos libres. Sin duda, el tiempo le da mucho de sí, por la cantidad de cuadros que ha pintado y por la cantidad de empeños políticos y de compromisos en los que se ha visto involucrado.