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“El acoso sexual es un delito silencioso, muy difícil de probar y cada vez más frecuente”, advirtió Elizabeth Benítez, secretaria de la Comisión de Derecho del Trabajo de la Asociación de Abogados de Buenos Aires y miembro de la Comisión Directiva de la Asociación de Abogados Laboralistas. Benítez señaló que la justicia laboral “no está firmando sentencias favorables” para las víctimas porque no toma en cuenta su testimonio y es muy difícil recolectar “prueba acabada y contundente” del hostigamiento. “El acosador tiene la característica de preocuparse por actuar sin testigos”, destacó.
–Sin leyes específicas, ¿qué vías hay para denunciar en la Justicia casos en los que la víctima es despedida por no acceder a las peticiones del acosador?
–Hay varias. Una es denunciar el caso en el fuero laboral como “despido discriminatorio en función del sexo”. También se puede recurrir a la justicia civil y también a la laboral para hacer un reclamo indemnizatorio por daño moral. Pero no son casos fáciles porque el acoso sexual no está regulado. Ahí encontramos la primera valla. En segundo lugar, es un delito silencioso, muy difícil de probar porque se da en lugares cerrados, donde no hay otras personas que la víctima.
–¿Aumentó la cantidad de casos de acoso sexual?
–Los casos son cada vez más frecuentes. La falta de empleo y la necesidad de la gente de mantener el puesto de trabajo, deja a las víctimas más vulnerables. Pero la gente no tiene internalizado el delito y las que llegan tímidamente a la consulta son un porcentaje ínfimo del total de víctimas. Pero lo que es alarmante es el estado en el que llegan. No sólo pierden el trabajo, sino que quedan con secuelas muy graves.
–¿De qué tipo?
–Llegan destruidas, con desequilibrios emocionales profundos.
–¿Cómo debería actuar quien está sufriendo acoso sexual en su trabajo?
–En primer lugar, debe denunciar el hecho a los superiores jerárquicos para que puedan realizar un sumario administrativo, que servirá luego de prueba para la Justicia. Es fundamental que ponga en conocimiento de la empresa la situación sea que el acoso venga de un compañero de trabajo o del mismo empleador. Que sea el patrón no invalida que pueda mandar una carta documento informando el hecho, que puede ser un elemento importante para demostrar el acoso. Y es esencial que haya testigos.