Mientras aguardan la ley, muchas personas trans pelean en la cotidianidad. Hubo avances en la aceptación del nombre elegido en ámbitos académicos, sanitarios y hasta en las fuerzas de seguridad. Y ahora Julieta Calderón acaba de conseguirlo al solicitar la tarjeta SUBE. “Hice el trámite por Internet porque me resultaba vergonzoso que me pidieran el DNI con el nombre que no elegí. Después mandé un e-mail a la Secretaría de Transporte para explicarles la estigmatización social que existe. Y me respondieron y aprobaron la solicitud”, relató.

Sin embargo, la tarjeta no llegó a su casa porque no pudieron encontrarla. Entonces ella se acercó a la sede del correo Andreani en el barrio porteño de Palermo. “Les di mi documento y no la encontraban. Al final la ubicaron por mi dirección porque habían puesto mi verdadero nombre. No lo podía creer”, comentó esta estudiante de abogacía, de 19 años. “Estas cosas sirven mucho para evitar la constante ridiculización que sufrimos, mucha veces de parte de los medios de comunicación”, agregó Calderón.