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Puñaladas y allanamiento en el Tornú. Ocurrió en la entrada del sector de terapia intensiva del hospital el 18 de diciembre del año pasado. Un joven de 26 años que hacía la residencia allí fue atacado, sin cruzar palabras, a golpes y cuchillazos por dos desconocidos que huyeron. La hipótesis de un presunto intento de robo fue descartada de inmediato. Los investigadores estaban seguros de que se trataba de algo personal, una venganza, un ajuste de cuentas, un aviso. Pero lo que todavía no se sabía en ese momento era que los agresores se habían equivocado de víctima. Al parecer, según confirmaron a Página/12 dos profesionales del Hospital Tornú, esos dos desconocidos buscaban a uno de los médicos de la terapia intensiva que poco antes había denunciado a su compañero de guardia, Néstor Morelli, como presunto partícipe de un robo ocurrido en su departamento mientras se encontraba de vacaciones.
El médico residente se recuperó de las heridas y continuó sin entender el porqué de aquel ataque hasta que poco después cada uno de los hechos se tejió en una línea que conducía a Morelli. Mientras era apuñalado, el joven llegó a escuchar un nombre, no pudo entender si le preguntaban por esa persona o lo confundían con él y por eso lo atacaban. Lo cierto es que ese nombre era el de quien había denunciado a Morelli. Hubo también una discusión de pasillo, un encontronazo entre los dos compañeros de guardia de la terapia intensiva donde la víctima del robo cruzó al médico detenido y le gritó en la cara todo lo que ya había dejado asentado en la denuncia policial. “Eso lo vieron o lo escucharon muchas personas. Fue una discusión muy severa por el robo”, señaló un testigo de ese hecho.
Luego se sumó un allanamiento: “La policía entró a la terapia intensiva en busca del bolso del doctor Morelli. Una mochila que no pudieron encontrar porque justo antes él se había ido. Después no pasó nada, no pudieron encontrarle lo que buscaban y la denuncia no se pudo comprobar”, señaló la fuente.
Lo que la policía buscaba era una llave del departamento del compañero de guardias de Morelli que “había sido vaciado e incendiado”, confirmó la fuente. Al médico le había desaparecido un juego de llaves de su casa y, mientras estaba de vacaciones, habían entrado aparentemente sin forzar la puerta, se habían llevado casi todo y habían incendiado el resto. Pero el día del allanamiento, Morelli no estaba y la llave nunca apareció.