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“No puedo creer lo que hicieron”, dijo Matías Miret, luego de ser liberado ayer en Barcelona tras haber estado preso durante dos años. Ante una consulta periodística, Miret, quien fue detenido en Barcelona junto a los hermanos Juliá en enero de 2010, aseguró ser inocente y dijo que se había sentido engañado. “Igual quiero esperar la sentencia antes de hablar más de ellos”, dijo después de decirlo todo.

El piloto salió de la cárcel de L’Eixample a las 19 (hora de España) y luego se encontró con su esposa, Agustina Conil Paz, dos de sus cuatro hijas, su madre y su hermana, quienes habían viajado a Barcelona para asistir al juicio que se realizó la semana pasada. “Recibí esta noticia muy feliz, pero era una posibilidad bastante firme desde el juicio. Fue emocionante encontrarme con mi familia y les agradezco todo lo que me apoyaron”, dijo Miret a la agencia Télam, que logró entrevistarlo a la salida del penal. Según el piloto, le parece “un sueño” todo lo que vivió tras ser detenido el 2 de enero de 2010 en el aeropuerto El Prat, especialmente porque pensó que iba a salir libre mucho antes.

“Pensé que todo iba a ser más rápido, pero hubo dilaciones absurdas en el proceso y pedidos de libertad que no prosperaron por ser extranjero, por no tener arraigo y riesgo de fuga”, explicó Miret, quien aseguró que en el penal donde estuvo preso lo trataron “bien”.

Los hermanos Juliá, entretanto, siguen presos a la espera del veredicto. “Creo que está claro –dijo–, no puedo creer lo que hicieron. Viví una injusticia muy grande. Está a la vista que fue así”, agregó, en respuesta a la pregunta de si se había sentido engañado. Durante una audiencia, los guardias civiles que actuaron en la detención testificaron que Miret estaba tan asombrado que “parecía estar todo el tiempo ante una cámara sorpresa”.