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Sólo dos certezas se desprenden hasta ahora de la investigación del secuestro de Facundo Laffont: que los integrantes de la banda son profesionales y que hubo un profundo trabajo logístico previo. “Sabían perfectamente a quién estaban secuestrando y conocían todos y cada uno de los antecedentes comerciales y personales del padre”, aseguró a Página/12 una fuente vinculada a la causa.
Entre otras pruebas, los datos surgen de las escuchas telefónicas de los llamados realizados por los captores durante el secuestro –en los que constantemente le remarcaban a Roberto Laffont sus negocios y lo trataban con violencia– y de lo relatado por Facundo cuando ayer se presentó a declarar en la DDI de Mercedes. Más tarde, en una conferencia de prensa que organizó su padre en Luján, el chico recordó que en el momento del secuestro, el 19 de mayo, los dos hombres que se subieron al auto en el que viajaba al colegio creyeron que el conductor era su papá, por lo que “le empezaron a decir ‘si querés estar bien, vendé tu negocio y tu casa’”.
También se sabe que al menos una mujer integró la banda, formada “por entre ocho y diez personas que actuaron organizadas en células”, detalló la fuente. Los investigadores dan por seguro que “una parte importante o por lo menos el cerebro de la banda son de la zona”, así como también se cree que no hubo un gran movimiento por el conurbano bonaerense más allá del cobro del rescate en Campana. Hipótesis confirmada también en la versión de Facundo, que ayer contó que desde el lugar en el que fue secuestrado, a una cuadra de su casa, tardaron 15 minutos hasta llegar en camioneta a la “casa” en la que estuvo cautivo, diez por asfalto y cinco por tierra a bordo de una camioneta Renault Trafic.
Después de sus reiteradas apariciones en público durante el día de su liberación, ayer Facundo volvió a relatar su cautiverio a la prensa. La idea fue del padre, que organizó –y acaparó– una conferencia en su confitería de Luján. Allí, Facundo contó que luego de la angustia inicial y con el paso de los días empezó a sentirse “como de vacaciones”, ya que los captores le prometían que aunque algo saliera mal y el rescate no llegara a cobrarse, igual lo iban a liberar: “Me decían constantemente ‘mañana te vas’. Así pasaron los 23 días que, a pesar de todo, pasaron rápido”.
Ayer, el ministro de Seguridad bonaerense, Juan Pablo Cafiero, aseguró que existen “condiciones de dar una respuesta satisfactoria en cuanto a la posibilidad de esclarecimiento”, a la que estimó como “muy pronta”.