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No podía ser de otra manera: el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush Jr., fue el personaje más celebre que se refirió a la muerte de Bob Hope. Y lo hizo en el estilo esperado: “Estados Unidos ha perdido a un gran ciudadano. Bob Hope nos hizo reír y nos animó. Sirvió a nuestro país yendo a zonas de guerra y entreteniendo a miles de soldados de varias generaciones”, expresó el comunicado de la Casa Blanca. En el plano político, también la hija del ex presidente Richard Nixon, Julie Nixon Eisenhower, emitió un comunicado en el que recuerda la amistad del cómico con sus padres y con su familia política, el ex presidente Ike Eisenhower y su esposa Mamie Eisenhower. “Es imposible pensar en Bob Hope y no sonreír”, expresó en el texto. El ex presidente Jimmy Carter, Premio Nobel de la Paz 2002, lo despidió como “uno de los grandes tesoros de la nación”, mientras que el también ex mandatario Gerald Ford aseguró que fue “como decirle adiós a un miembro de mi familia, alguien con una devoción incansable a los soldados estadounidenses”. La familia de Hope también recibió una carta de condolencia de la ex primera dama Nancy Reagan, en la que recuerda que Ronald Reagan siempre describió al actor como el “mejor embajador de Estados Unidos y de la libertad, que demostró que el espíritu americano y su entusiasmo son imparables”.
Del lado de Hollywood, Woody Allen definió a Hope como “el comediante más influyente de su tiempo, que hizo feliz a todo el mundo” y como un “inspirador para toda una generación de jóvenes y aspirantes a cómicos”. El director de films como Días de radio y Dulce y melancólico llegó a definir a Hope, en una entrevista realizada el año pasado, como una parte “orgánica” del mundo: “Es imposible imaginar un mundo sin él”, señaló en esa oportunidad. El actor y director Tom Hanks, por su parte, señaló su “tristeza”, para luego asegurar que “con su muerte se acabó una era”. Frank Pierson, presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, afirmó que “Estados Unidos ha perdido a su bufón”; para el humorista Steve Martin, lo importante no fue solo que Hope “divirtió a millones de personas”, sino que principalmente “se divertía a sí mismo”. Su hija Linda Hope, en tanto, prefirió recordar a su padre por lo que más le gustaba en este mundo, “la risa, los aplausos y hacer reír a la gente”.