“El virus del Ebola tiene reservorios confirmados en dos especies de murciélagos que se alimentan de fruta –precisó Tomás Orduna, jefe de Enfermedades Tropicales del Hospital Muñiz–. Y también los gorilas y otros primates sufren la enfermedad, como los humanos. En toda la región donde surgió esta epidemia es habitual el consumo de carne de distintos animales salvajes, incluyendo murciélagos. Esto es horripilante para nuestra cultura, pero en la Argentina nos comemos el intestino de la vaca, lo cual para otras culturas es horripilante. La ingestión de carne cocida de murciélago no trasmite el virus, pero sí se trasmite en la manipulación de estos animales para preparación, y también está presente en sus deyecciones. Así se generaron seguramente los primeros casos.”