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La chikunguña, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, acecha en Brasil, Paraguay y Bolivia. El dengue se mantuvo controlado este año, con sólo 190 casos hasta ahora. Entretanto, “el invierno es la mejor época para eliminar los criaderos del Aedes: un solo portamacetas que acumule agua de lluvia puede generar mosquitos para todo el barrio”, advirtió un especialista.

“Por suerte o milagro, en Brasil, Bolivia y Paraguay la chikunguña, que llegó este verano, no se comportó hasta ahora como en la República Dominicana, donde cuando se declaró la epidemia hubo más de 600 mil casos; en Colombia hubo 250 mil, y también en Venezuela hay centenares de miles de casos probables”, señaló Tomás Orduna, jefe de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz.

Héctor Coto, director de Enfermedades Transmisibles por Vectores de la Nación, apuntó que “cuando se presenta un nuevo virus, hay un período de coevolución entre el virus y el vector, hasta que el virus se transmita en forma eficiente: esto podría estar sucediendo en el sur del continente con el virus chikunguña y el mosquito Aedes aegypti. Cuando esa coadaptación se perfeccione, el área de transmisión puede llegar a ampliarse. De hecho, las áreas de riesgo parecen expandirse: el brote de dengue que Córdoba tuvo hace pocos días hubiera sido impensable hace 15 años”.

Orduna observó que “el Aedes aegypti había sido erradicado en casi toda América pero reapareció en la década de 1970 y volvió a documentarse en la Argentina en 1986. Hoy su área de expansión llega hasta la mitad de la provincia de Buenos Aires. La erradicación suena imposible pero sí es posible controlarlo: cuanto menos criaderos haya, menos humanos se infectarán”, señaló Orduna, y comentó que “un factor de proliferación de Aedes es la difusión de envases de plástico, que, a diferencia de los metálicos, permanecen inalterados durante muchos años y, al aire libre, acumulan agua de lluvia, constituyendo criaderos de mosquitos”. Y destacó que “el invierno es la época más apropiada para que eliminar los posibles criaderos, y el control no sólo concierne a las autoridades, sino a la conciencia de la gente: un portamacetas al aire libre, que se llena con el agua de lluvia, funciona como criadero que en unos pocos días lleva mosquitos a cien metros a la redonda”.

En cuanto al dengue, según precisó Coto, “se notificaron 190 casos en lo que va de 2015. De éstos, 140 se concentran en el brote de Córdoba capital, que empezó a principios de marzo”.