La voz de la empresa DOTA de la Línea 60 circuló en forma fluida por los medios desde que comenzó el conflicto. DOTA, que se hizo cargo de la ex Monsa, cuenta con los servicios de un poderoso estudio de abogados, acostumbrado a lidiar con la prensa. Orgeira, Tellas y Asociados defendió en 1985 al genocida Roberto Viola, acusado por delitos de lesa humanidad en el Juicio a las Juntas. Además, Adrián Tellas defendió al comisario retirado Carlos Gallone en el juicio por la Masacre de Fátima, la ejecución de 30 personas en 1976 luego de haber sido secuestradas en la Superintendencia de Seguridad Federal. En ese proceso, el letrado argumentó que las leyes de impunidad eran “inobjetables” y que los crímenes del terrorismo de Estado “son amnistiables”. Otro miembro del bufete es Carlos Froment, a la sazón defensor del sindicalista José Pedraza durante el juicio por el crimen de Mariano Ferreyra, militante del PO. En el conflicto anterior, en septiembre de 2011, Mariano Orgeira decía por la radio que los choferes que estaban en la cabecera de Maschwitz estaban “locos, estamos rodeados, no nos dejan salir”. Aquella vez también hubo incidentes y heridos.