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La mansión platense donde ocurrió el cuádruple homicidio cometido por Ricardo Barreda fue escenario de una guerra de pintadas, porque aunque parezca mentira, hubo quienes, amparados por el anonimato, llegaron a escribir sobre su fachada: “Barreda ídolo”. La reivindicación de las víctimas y el repudio al victimario se hizo sentir muchas veces; una de las de mayor difusión ocurrió el 30 de mayo de 2011.

Ese día, organizaciones feministas y sociales se congregaron frente al domicilio para escribir en las paredes: “Barreda asesino de mujeres. La sociedad te condena”. La agrupación Casa Abierta María Pueblo, reclamó a las autoridades provinciales que se cediera el inmueble para instalar allí un refugio para mujeres víctimas de la violencia machista.

A lo largo de estos años, a pesar de la condena y la prisión, el nombre de Barreda estuvo presente por las noticias que fue generando a través de reclamos diversos que se hicieron públicos. En abril de 2008, poco antes de conseguir su libertad domiciliaria, el odontólogo sorprendió con la presentación de un pedido, ante la Cámara de Apelaciones de La Plata, para que lo dejaran salir para ir al cine. Basó su pedido en el hecho de que había cumplido 70 años y que los informes del Servicio Penitenciario Bonaerense señalaban su “buena conducta”.

Uno de los dilemas que hubo que dirimir durante el juicio oral, fue la salud mental del cuádruple feticida. El perito Manuel Capturo sostuvo que padecía “una alteración morbosa del psiquismo” que le impidió “comprender la criminalidad del acto”. Triunfó la tesis de la acusación que señaló que “la secuencia del crimen demuestra su intencionalidad” y también la precisión del autor que “no desperdició ni un solo tiro”.