SOCIEDAD
El “Pirellone”, un símbolo
Con más de 127 metros de altura, el edificio de Pirelli sobrepasa desafiante a cualquier otro de la ciudad de Milán. Sus 30 pisos son el símbolo del poderío económico de la localidad industrial italiana por excelencia. En su interior –con capacidad para albergar a casi 2000 personas– funcionan la sala de sesiones del Consejo Regional de Lombardía y otras dependencias del gobierno lombardo, desde que el rascacielos fue vendido a la administración local en 1978.
El “Pirellone”, como lo llaman cariñosamente los lugareños, está ubicado en pleno centro milanés, frente a la estación de trenes. Fue diseñado por el arquitecto italiano Gio Ponti, y se construyó entre 1956 y 1960 para instalar la sede del consorcio fabricante de neumáticos, que funcionó allí durante 18 años. Alberto Pirelli, el presidente de la compañía, soñó desde 1950 con tener un rascacielos futurista en el mismo sitio donde se levantaba el viejo edificio, que fue demolido. Para los cimientos del nuevo edificio que ayer resultó dañado se utilizaron cerca de 60.000 toneladas de cemento.
En medio de una zona de hoteles y edificios financieros, se destacan por su estilo racionalista y su estructura de hormigón y cristal. Además, fue varias veces el escenario original de diversas actividades. Un grupo de alpinistas llamados Los Arañas habían escalado sus paredes en un acto organizado por el presidente del Consejo Regional lombardo, Giancarlo Morandi. También un austríaco de 30 años se había lanzado con un paracaídas desde su terraza y había logrado aterrizar sin inconvenientes.
Hace dos años tuvo un incidente poco feliz: mientras se hacían algunas obras en el subsuelo, sufrió un principio de incendio que no tuvo graves consecuencias.