SOCIEDAD
Una doble mala praxis
La señora Graciela M. no había quedado conforme con la operación que le realizó el doctor Claudio Angrigioni. Nada conforme: lo demandó por mala praxis debido a las secuelas que la cirugía facial reparadora habría dejado en su rostro “traducidas en daño estético, psíquico y moral”. El fallo de primera instancia fue contrario al médico: lo condenó a pagarle 50 mil pesos a su ex paciente, más honorarios de los abogados. Aun así, a Angrigioni le quedaba la esperanza de que la sentencia se revirtiera en una segunda instancia. Pero no pudo ser: su abogado, Edgardo Moroni, no presentó a tiempo la fundamentación de la apelación. Y la sentencia de primera instancia fue confirmada. El médico tuvo que pagar 87.000 pesos a la señora M., más 13.000 a los abogados. Huelga decir que Angrigioni no quedó nada conforme con la actuación de su abogado y lo demandó por mala praxis. Tuvo éxito: en primera instancia, Moroni fue condenado a pagarle al médico los cien mil pesos que había debido sacar de su bolsillo. Esta vez el abogado no olvidó ningún paso y apeló a tiempo. Pero la Cámara volvió a fallar en su contra: el pasado marzo se confirmó en su totalidad el fallo previo.